Los príncipes de Gales recibieron a Trump y a Melania en el Jardín Amurallado del castillo.

Windsor (Marcrix Noticias)-El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibido este miércoles con todo el esplendor de la monarquía británica en el castillo de Windsor, donde comenzó una histórica visita de Estado de dos días como invitado del rey Carlos III.

El arribo no estuvo exento de símbolos: un helicóptero Marine One aterrizó en el Jardín Amurallado de la residencia real, donde el príncipe Wiliam y su esposa Kate dieron la bienvenida a Trump y a la primera dama, Melania. Desde allí, fueron conducidos hacia el encuentro con Carlos y la reina Camilla, en medio de una procesión de carruajes tirados por caballos y bajo los acordes de las bandas militares que interpretaron los himnos de Estados Unidos y Reino Unido.

En el patio del castillo, Trump, acompañado por el monarca, pasó revista a una guardia de honor de soldados con túnicas rojas y altos sombreros de piel de oso, en una ceremonia que reunió a unos 1.300 efectivos y 120 caballos: la mayor formación militar en años para una visita oficial.

El despliegue, cuidadosamente planeado, buscó impresionar a un presidente conocido por su gusto por el lujo y marcar un hito diplomático. Ningún otro líder extranjero, y mucho menos un presidente estadounidense, ha recibido una segunda visita de Estado a Reino Unido.

El escenario elegido para esta jornada inaugural, Windsor, combina historia y simbolismo: una fortaleza de casi mil años, repleta de interiores dorados y valiosas obras de arte. Allí ondeaba el estandarte real como señal de celebración oficial.

Más allá del protocolo, la visita tiene claros objetivos estratégicos. El jueves 18 de septiembre, Trump se reunirá con el primer ministro británico, Keir Starmer, para discutir un nuevo acuerdo tecnológico destinado a atraer miles de millones en inversiones estadounidenses y reforzar la relación transatlántica, pese a las diferencias en torno a Ucrania, Oriente Medio y la OTAN.

La jornada también incluye un almuerzo privado, la visita a una exposición sobre los lazos históricos entre ambos países y, por la noche, un banquete de Estado en el que hasta 160 invitados se sentarán alrededor de una mesa de caoba de 50 metros, adornada con plata centenaria. Habrá discursos, brindis y el brillo de las tiaras y medallas de la realeza.

En contraste con anteriores recepciones en el palacio de Buckingham, esta vez la celebración se trasladó a la más resguardada ciudad de Windsor, un escenario que permite reforzar la seguridad en tiempos convulsos.

La policía británica ha desplegado un amplio operativo para prevenir protestas y garantizar la protección del mandatario, especialmente tras el asesinato en Utah de Charlie Kirk, un aliado político de Trump.

Con información de AP

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