Una intensa tormenta eléctrica de casi cinco horas azotó Cancún, provocando inundaciones en calles y avenidas, autos anegados, negocios y áreas deportivas bajo el agua, semáforos averiados y la suspensión del transporte público
Cancún, Quintana Roo (Marcrix Noticias).- La ciudad vivió un viernes caótico por una tormenta eléctrica que se prolongó por casi cinco horas, provocando inundaciones en calles y avenidas, negocios y áreas deportivas anegadas, vehículos sumergidos y un extraño incendio en una vivienda. Además, los semáforos quedaron averiados y el transporte público y la circulación de plataformas digitales se suspendieron, dejando a cientos de ciudadanos varados en las calles.
Precisamente la falta de transporte obligó a los ciudadanos, empapados, a caminar largas distancias para llegar a sus destinos, mientras otros permanecían en las paradas esperando sin saber cuándo podrían continuar su camino.
Desde las 15:00 horas, o incluso antes, las temibles nubes grises que cubrían el firmamento presagiaban la intensidad de lo que se venía. Entre las 16:00 y 17:00 horas comenzaron a caer gruesas gotas de lluvia y se escuchaban los primeros relámpagos. Para las 18:00 horas, la ciudad ya no podía permanecer ajena al estruendoso llamado de la naturaleza, y el ladrido de los perros asustados reforzaba la sensación de vivir una película no escrita sobre un desastre natural.
A partir de ese momento, la lluvia y los relámpagos se intensificaron de manera incesante. Las familias corrían a tapar filtraciones en techos, ventanas y puertas, mientras intentaban calmar a sus mascotas; sin embargo, lo que ocurría afuera superaba cualquier esfuerzo: calles y avenidas de Cancún, como Nichupté, La Luna, Yaxchilán y Xcaret, quedaron completamente inundadas. En algunas zonas, el agua alcanzaba hasta la cintura de quienes intentaban rescatar pertenencias de vehículos anegados.
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Además, el avistamiento de un cocodrilo generó alarma entre los vecinos de la supermanzana 77, Fraccionamiento Corales. Los vecinos aseguraron que el reptil fue visto merodeando áreas verdes y calles cercanas a viviendas, poniendo en riesgo a niños y transeúntes. Autoridades locales y de protección civil fueron notificadas y se espera que tomen medidas para capturar al animal y garantizar la seguridad de la zona.
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Como suele ocurrir en estos episodios, varios semáforos dejaron de funcionar y negocios y áreas deportivas quedaron bajo el agua. El transporte público se detuvo por completo: durante casi cinco horas no hubo unidades circulando, y las aplicaciones de movilidad solo ofrecían viajes por más de 300 pesos. Solo los más valientes se atrevían a enfrentar las calles inundadas, con parabrisas cubiertos de agua que impedían la visibilidad.
Durante la tormenta, un rayo impactó la ciudad con tal fuerza que estremeció a los habitantes y rápidamente se hizo viral en redes sociales. Más tarde, otro rayo cayó sobre una vivienda, provocando un incendio que puso en evidencia el riesgo al que estuvieron expuestos los ciudadanos.
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Antes de las 22:00 horas, cuando la tormenta había disminuido o prácticamente terminado, cientos de personas continuaban atrapadas: algunas caminaban apresuradas, otras seguían esperando en paradas de autobuses y vans. Camiones, taxis y vans permanecían detenidos para evitar daños en los motores, mientras la ciudad lentamente comenzaba a recuperar su ritmo.
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La caída de un plafón dentro del supermercado Chedraui, ubicado en la Supermanzana 260, provocó alarma entre empleados y clientes, quienes reportaron el incidente de inmediato. Personal de Protección Civil llegó al lugar para asegurar la zona, atender a los posibles afectados y revisar los daños, mientras se investigan las causas de este accidente en medio de las intensas lluvias que afectan a la ciudad.
Desde la seguridad de un hogar, algunos pudieron admirar la lluvia; para otros, la tormenta se convirtió en una pesadilla. Cancún, que hasta ahora ha logrado mantenerse al margen de huracanes, no está exento de tormentas eléctricas de gran intensidad, capaces de estremecer, mojar y trastocar la vida diaria hasta generar caos casi generalizado.