Influencers impulsan la práctica mientras especialistas advierten falta de evidencia y posibles riesgos.
México (Marcrix Noticias)-Las influencers de belleza han encontrado una nueva —y polémica— forma de atraer la atención en redes sociales: invitar a sus seguidoras a guardar su propia sangre menstrual para aplicarla como mascarilla facial. La práctica, presentada como un método “natural” para obtener una piel luminosa, se ha viralizado rápidamente, generando curiosidad, críticas y preocupación en la comunidad médica.
¿En qué consiste?
Las llamadas “mascarillas menstruales” implican aplicar sangre menstrual directamente sobre el rostro durante algunos minutos antes de retirarla con agua. Sus defensoras aseguran que el fluido contiene células madre, proteínas y citoquinas capaces de revitalizar la piel.

Sin embargo, no existe ningún protocolo médico, estudio clínico sólido ni recomendación dermatológica que respalde el uso directo de sangre menstrual sobre la piel. Tampoco hay pautas sobre cantidades, frecuencia o tiempo de exposición seguros.
¿De dónde surge la idea?
Quienes promueven esta práctica suelen citar investigaciones sobre el potencial regenerativo del fluido menstrual. Un estudio experimental publicado por la Federación de Sociedades Americanas de Biología Experimental (FASEB) observó que, en modelos de laboratorio, el plasma derivado del fluido menstrual favoreció la reparación de heridas más eficientemente que el plasma sanguíneo convencional.
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Asimismo, investigaciones sobre células madre obtenidas del fluido menstrual (MenSCs) han mostrado propiedades para estimular la producción de colágeno y promover factores asociados a la regeneración de tejidos. No obstante, estos hallazgos pertenecen al ámbito biomédico controlado y no implican que la sangre menstrual sin procesar sea apta o segura para uso cosmético.
Comparaciones con el “facial vampiro”
Usuarias han comparado esta tendencia con el famoso “facial vampiro”, tratamiento estético hecho con plasma rico en plaquetas (PRP). Pero, a diferencia del PRP —un producto estéril procesado en entornos clínicos—, la sangre menstrual puede contener bacterias, hongos y microorganismos como Staphylococcus aureus, capaces de causar infecciones al entrar en contacto con poros abiertos o heridas. También existe riesgo de exposición a infecciones de transmisión sexual.
Advertencia de especialistas
Dermatólogos coinciden en que la práctica no es segura. Subrayan que el fluido menstrual no está diseñado para aplicarse sobre la piel del rostro y que su composición, aunque biológicamente interesante para la ciencia, no tiene aval clínicopara usos estéticos caseros.
Hasta que existan estudios rigurosos y protocolos sanitarios, los especialistas recomiendan evitar esta tendencia. Por ahora —concluyen— la sangre menstrual debe seguir su destino habitual, no convertirse en mascarilla.
