La sequía en México sigue avanzando, afectando al 55.1% del territorio nacional, según el más reciente informe del Servicio Meteorológico Nacional.
México (Marcrix Noticias)-La sequía en México continúa extendiéndose, afectando cada vez más regiones del país. De acuerdo con el Monitor de Sequía de México, elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la superficie impactada por la falta de lluvias y escurrimientos pasó del 53.1% al 55.1% en la última quincena de febrero. Aunque la cifra es menor en comparación con el mismo periodo de 2024 (cuando el 75.4% del país ya presentaba afectaciones), la situación sigue siendo preocupante.
Actualmente, solo el 44.9% del territorio está libre de sequía, mientras que varias entidades presentan condiciones de sequía moderada a excepcional (D2 a D4). Entre los estados más afectados se encuentran Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Jalisco, Guanajuato, Querétaro y Tabasco. Además, el 13.3% del país enfrenta condiciones anormalmente secas (D0) y el 3.4% sufre sequía excepcional (D4), la categoría más grave.
Crisis hídrica en Sinaloa y Sonora
El informe destaca que cuatro estados del país presentan un panorama crítico, con el 100% de sus municipios afectados por la sequía: Baja California, Chihuahua, Sinaloa y Sonora. En Sinaloa, las 11 presas destinadas al uso agrícola están a solo un 12.2% de su capacidad, poniendo en riesgo la producción del campo. Sonora enfrenta una situación similar, con sus nueve presas al 14.7% de almacenamiento, lo que compromete el suministro de agua para la población y el sector productivo.
Impacto en la agricultura y seguridad hídrica
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) advierte que la baja capacidad de almacenamiento de agua en las presas de Sinaloa y Sonora podría provocar pérdidas significativas en el sector agrícola. Aunque algunas regiones han recibido lluvias por encima de lo normal, la precipitación no ha sido suficiente para revertir la crisis hídrica en las zonas más afectadas.
El avance de la sequía en México representa un reto más allá del cambio climático, con implicaciones directas en la producción agrícola, el acceso al agua y la estabilidad de las comunidades. Ante este panorama, el gobierno y diversas organizaciones deberán implementar estrategias urgentes para mitigar sus efectos y garantizar el abastecimiento de agua en las regiones más vulnerables.
