La dependencia impidió el acceso a dictámenes técnicos, pese a que su titular ya admitió afectaciones en cenotes y cavernas del Tramo 5 entre Playa del Carmen y Tulum.
Ciudad de México (Marcrix Noticias).– La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) clasificó por cinco años, hasta el 2028, la información técnica que documenta los daños ambientales ocasionados por la construcción del Tren Maya, en particular en el Tramo 5, que va de Playa del Carmen a Tulum, al amparo de una declaratoria de “seguridad nacional”.
De acuerdo con información obtenida por El Universal a través de solicitudes de transparencia, la dependencia federal negó el acceso a estudios, auditorías, dictámenes técnicos y evaluaciones sobre el impacto real de la obra en el acuífero de la Península de Yucatán, a pesar de que su titular, Alicia Bárcena, reconoció públicamente la existencia de afectaciones en cenotes y cavernas.
Durante su comparecencia ante la Cámara de Diputados el pasado 6 de octubre, la secretaria admitió que la construcción del Tramo 5 Sur, provocó daños directos en al menos ocho cavernas y cenotes, donde incluso se detectó la presencia de concreto utilizado en la obra, material que ha tenido que ser retirado como parte de labores de remediación.
La Semarnat justificó la reserva de la información con base en la resolución interna 401/2023 de su Comité de Transparencia, derivada del decreto federal publicado el 18 de mayo de 2023 en el Diario Oficial de la Federación, mediante el cual el gobierno declaró al Tren Maya como infraestructura estratégica y de seguridad nacional. Bajo este esquema, la documentación ambiental permanecerá bajo resguardo hasta 2028.

En sus respuestas oficiales, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) informó que la propia Semarnat no cuenta con estudios, auditorías, monitoreos de calidad del agua ni dictámenes técnicos propios que evalúen las afectaciones a cenotes, cavernas o acuíferos en la zona de influencia del proyecto.
La única información disponible, señaló, corresponde a las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA) públicas, las cuales no incluyen estudios específicos sobre daños al sistema subterráneo.
A esto se suma que, según datos reconocidos por la propia secretaria Bárcena, el proyecto del Tren Maya mantiene pendientes alrededor del 95% de las condicionantes ambientales impuestas para mitigar los impactos sobre la flora, la fauna y los ecosistemas kársticos, lo que confirma la magnitud de las afectaciones todavía no resueltas.

Las solicitudes de transparencia buscaban conocer si la Semarnat había realizado auditorías, estudios o monitoreos de calidad del agua en cenotes, cavernas y acuíferos entre Cancún y Tulum, así como versiones públicas de dictámenes técnicos que acreditaran las afectaciones reconocidas por la dependencia.
Sin embargo, la secretaría reiteró que toda esta información se encuentra reservada por motivos de seguridad nacional.
Con esta decisión, el acceso público a los documentos que permitirían conocer el alcance real del daño ambiental provocado por la megaobra queda restringido al menos por tres años más, mientras continúan los trabajos de remediación en una de las zonas ecológicas más frágiles del país.
Con información de El Universal.
