No es sólo un problema de apariencia; es una enfermedad crónica, advierte el Dr. José Antonio Castañeda.

Disminuir la actividad física y una mayor ingesta de alimentos poco saludables lo complican

Ciudad de México(Marcrix Noticias).- En México, el aumento de peso en niños y adolescentes alcanza niveles alarmantes y, con el próximo inicio de las vacaciones escolares, es un momento oportuno para tomar medidas. La obesidad infantil es una crisis de salud pública, con un impacto profundo en la vida de los jóvenes y sus familias.

La obesidad en niños y adolescentes —según la Organización Mundial de la Salud (OMS)— se ha cuadruplicado en las últimas cuatro décadas. Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2021 revelan que el 23% de los menores de 9 años y el 24.7% de los adolescentes en México tienen sobrepeso.

Al afectar al 25% de los menores de 10 años y al 18% de los adolescentes, la prevalencia de obesidad es aún más preocupante.

El médico José Antonio Castañeda, cirujano bariatra con más de 20 años de experiencia en el tratamiento de la obesidad, destaca la gravedad de la situación: “No es sólo un problema de apariencia; es una enfermedad crónica que puede desencadenar una serie de complicaciones graves, incluyendo diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiacas, problemas respiratorios, y trastornos mentales como la ansiedad y la depresión, enfermedades que antes eran exclusivas de adultos”.

En un estudio reciente de Action Teens seproyecta que para 2030, 7 millones de niños y jóvenes en México vivirán con exceso de peso, y la mitad de éstos desarrollará diabetes.

El 80% de los adolescentes con obesidad, revela también el informe, acude al médico cuando ya tiene al menos una enfermedad relacionada, mientras que el 70% de jóvenes que padecen obesidad quiere perder peso pero no sabe cómo.

Pacientes más jóvenes con exceso de peso es una tendencia preocupante que Castañeda ha notado. Según él, la dieta deficiente, caracterizada por un bajo consumo de frutas, verduras, y proteínas esenciales, junto con un estilo de vida sedentario, son factores determinantes en el aumento de peso entre los jóvenes.

Estos hábitos, durante la pandemia de covid-19, se intensificaron debido al confinamiento, la mayor exposición a pantallas, y el incremento en el consumo de alimentos ultraprocesados.

El periodo de vacaciones escolares puede agravar aún más esta situación. Durante este lapso de descanso, los niños suelen experimentar cambios en su rutina diaria que pueden contribuir a un aumento de peso.

El riesgo de aumento de peso es significativo con mayor tiempo de exposición a pantallas y acceso a una dieta con mayor contenido calórico, alta en azúcares y grasas, especialmente si pasan más tiempo en casa sin la supervisión constante de sus padres.

Los horarios de sueño asimismo a menudo se vuelven irregulares, lo cual puede afectar negativamente el metabolismo y el apetito, lo que contribuye al aumento de peso.

Publicado en el Journal of School Health, un estudio encontró que los niños tienden a aumentar más de peso durante las vacaciones de verano en comparación con el año escolar, debido a una disminución de la actividad física y a una mayor ingesta de alimentos poco saludables.

Mientras que otra investigación —esta publicada en Obesity Journal— observó que el aumento de peso durante las vacaciones de verano era más pronunciado en los niños que ya tenían sobrepeso o eran obesos al comienzo del verano.

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