El nuevo mandatario tomó posesión en La Paz con el compromiso de abrir la economía, atraer inversión privada y restablecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Bolivia (Marcrix Noticias).- Rodrigo Paz Pereira, asumió este sábado la presidencia de Bolivia, poniendo fin a casi veinte años de gobiernos socialistas encabezados por el Movimiento al Socialismo (MAS).
En su discurso de investidura, el nuevo mandatario prometió “abrir Bolivia al mundo” y atraer inversión extranjera para recuperar la economía nacional.
Durante la ceremonia en la sede del Parlamento, Paz, de tendencia centrista y perteneciente al Partido Demócrata Cristiano (PDC), anunció que su administración impulsará una política económica de apertura y transparencia, con énfasis en el fortalecimiento del sector privado y el cierre de empresas estatales deficitarias.
También aseguró que mantendrá los programas sociales destinados a los sectores más vulnerables.
El acto contó con la presencia de los presidentes de Argentina, Javier Milei; Chile, Gabriel Boric; Ecuador, Daniel Noboa; Paraguay, Santiago Peña, y Uruguay, Yamandú Orsi, además de delegaciones de Estados Unidos, Brasil, Perú, China y la Unión Europea.

La asistencia de líderes que durante años mantuvieron distancia con Bolivia fue interpretada como un gesto de reconciliación internacional.
Paz, de 58 años, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, fue electo el 19 de octubre tras vencer en segunda vuelta con el 54.9 por ciento de los votos.
En su primer mensaje como jefe de Estado, afirmó que buscará restablecer plenamente las relaciones con Washington, rotas desde 2008, y promover “un capitalismo para todos” que combine inversión privada con justicia social.

El mandatario también anunció la revisión de la deuda externa, la creación de incentivos fiscales para pequeñas empresas y una mayor autonomía económica para las regiones. “Las ideologías no dan de comer. Vamos a construir un país productivo, moderno y abierto al mundo”, dijo frente al Congreso Plurinacional.
Con esta investidura, Bolivia entra en una nueva etapa política tras casi dos décadas de gobiernos socialistas, marcada por el desafío de estabilizar su economía y recomponer los vínculos diplomáticos con países que fueron clave en su desarrollo internacional.
