Industriales pesqueros piden mayor vigilancia para frenar el hurto de productos, que impacta la captura de pulpo, mero y langosta.
Yucatán (Marcrix Noticias).- Los industriales pesqueros de Yucatán alzaron la voz ante el creciente problema de los robos en altamar perpetrados por los llamados “huateros”, que han comenzado a afectar gravemente la temporada de captura de pulpo, mero y langosta. Esta situación ha llevado a los empresarios del sector a solicitar urgentemente una mayor vigilancia por parte de las autoridades.
Desde el inicio de la temporada de pulpo, hace dos meses, los huateros han operado con descaro en las costas y en las embarcaciones de mediana altura y ribereñas.
Se dedican no sólo al robo de productos en altamar, sino también a la compra directa de especies a los propios pescadores, lo que ha generado pérdidas significativas para el sector.

Los dueños de embarcaciones y congeladoras, que prefirieron permanecer en el anonimato por temor a represalias, explicaron que estas prácticas son orquestadas desde tierra por las mismas congeladoras. La alta demanda y el valor del pulpo han atraído a estos delincuentes desde el inicio de la temporada.
A pesar de que los casos de hurto se han reportado desde la primera semana de la apertura de la pesca, hasta ahora estas acciones se han desarrollado sin violencia. Sin embargo, los pescadores, en busca de mejores ingresos, venden parte de su captura mientras están en el mar, lo que les lleva a reportar bajos niveles de captura al regresar a tierra.
Este tipo de transacciones no sólo perjudica a los inversionistas que financian las salidas de los navíos, sino que también afecta a los patrones de las embarcaciones, quienes dependen de los reportes reales para sostener su negocio. Al no reflejar la realidad de la captura, se generan graves problemas de inversión en el sector.
Ante esta crisis, los industriales pesqueros han pedido mayor vigilancia y han hecho un llamado a la conciencia de los pescadores para que no incurran en estas prácticas perjudiciales.
A esta problemática se suma el aumento de la pesca furtiva en la costa de Yucatán, que pone en peligro las especies clave para la actividad ribereña, como el mero, pulpo y langosta, que son depredadas por marineros de puertos como Dzilam de Bravo, Celestún y Sisal.