El gobierno británico ha incrementado las redadas en negocios y la deportación de migrantes sin permiso de residencia, alcanzando cifras récord desde la llegada de los laboristas al poder en julio.

Reino Unido (Marcrix Noticias)-El gobierno del Reino Unido anunció este lunes los resultados de su campaña contra el empleo de trabajadores sin permiso de residencia, destacando un aumento significativo en las redadas y deportaciones. Desde julio, los equipos de control migratorio han llevado a cabo más de 5 mil inspecciones en negocios como restaurantes, salones de uñas y tiendas de conveniencia, resultando en casi 4 mil arrestos y más de 16 mil deportaciones.

Esta iniciativa, presentada como una “ofensiva contra el trabajo ilegal”, busca cumplir la promesa del gobierno laborista de reducir la inmigración, una de las principales preocupaciones de los votantes. Además, responde a la presión del partido de ultraderecha ‘Reformar Reino Unido’, que ha ganado apoyo en sectores que exigen políticas más estrictas en materia migratoria.

Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y algunos miembros del Partido Laborista han criticado las medidas, comparándolas con la política de “entorno hostil” aplicada por gobiernos conservadores anteriores. Bajo estas normativas, miles de residentes legales fueron afectados al no poder demostrar su estatus migratorio, perdiendo acceso a empleo, vivienda y atención médica, e incluso enfrentando detenciones y deportaciones.

Debate sobre la difusión de deportaciones

Una de las medidas más polémicas fue la intención del gobierno de publicar videos de las deportaciones. Aunque la ministra del Interior, Angela Eagle, defendió la estrategia como una forma de disuadir la migración irregular, críticos la califican de insensible y cuestionan su efectividad.

Crisis migratoria en el Canal de la Mancha

El gobierno británico también sostiene que la percepción de que es fácil encontrar empleo en el país actúa como un “atractivo peligroso” para los migrantes que cruzan el Canal de la Mancha en embarcaciones precarias. A pesar de los esfuerzos conjuntos de Reino Unido y Francia para frenar estos cruces, más de 38 mil personas han llegado a costas británicas en 2024, con más de 70 víctimas fatales en el intento.

El primer ministro Keir Starmer ha endurecido su discurso, señalando que las bandas criminales que organizan estos cruces representan una amenaza global y deberían ser tratadas como organizaciones terroristas.

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