Regidora Lorena Ortiz Ramírez denuncia violencia política de género en Tampico

La regidora de Tampico anunció que interpondrá una denuncia por violencia política de género luego de que la llamaran “regidor”, un incidente calificado por ella como una expresión simbólica de discriminación 

Tamaulipas. (Marcrix Noticias).- La regidora Lorena Ortiz Ramírez declaró que presentará formal mente una denuncia por violencia política de género ante las instancias correspondientes, tras haber sido referida con el título masculino “regidor” en una sesión del cabildo porteño. El hecho, dijo, va más allá de un simple error de género: representa un reflejo de la invisibilización sistemática de las mujeres —y en su caso, de las personas trans— en la política municipal.

Ortiz Ramírez, quien es reconocida por ser la primera regidora transgénero electa en la historia de Tampico. Señaló que el uso incorrecto del género gramatical para su cargo es una expresión de violencia simbólica porque menoscaba su identidad y autoridad.

> “Cuando me llaman ‘regidor’ están borrando quién soy, están borrando mi género, mi identidad, están diciendo que no importa lo que vote la gente, lo que importa es cómo me nombren” declaró.

Para Ortiz Ramírez este tipo de prácticas tienen un efecto acumulativo: impiden que mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+ ocupen espacios de poder con igualdad real. Como activista alertó que en el municipio aún persisten estereotipos y burlas hacia las personas trans, lo que convierte la política local en un terreno hostil.

La regidora subrayó que la finalidad de la denuncia no es sólo obtener una disculpa, sino que se reconozca públicamente que el lenguaje importa, que las instituciones deben garantizar el respeto a la identidad de quienes ocupan cargos públicos y que se tipifiquen estas conductas dentro de los mecanismos de sanción por violencia política de género.

Algunos colectivos feministas y de diversidad sexual en Tamaulipas manifestaron su apoyo a Ortiz Ramírez, e hicieron un llamado a que el caso se convierta en un precedente: “No se trata sólo de cómo nos llaman, se trata de quién nos dejan ser”. Por su parte, el cabildo municipal aún no ha emitido postura oficial sobre la denuncia.

Queda en el aire la pregunta: ¿es este un lapsus lingüístico inocente o una muestra más de resistencia institucional a la igualdad real? Lo cierto es que el cargo de regidora —y el reconocimiento que conlleva— sigue siendo objeto de disputa simbólica en las estructuras políticas locales.

 

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