Orden judicial en Santa Fe provoca incertidumbre por perros y gatos tras el desalojo de un refugio con más de mil animales.

Un conflicto interno en una fundación y el desalojo de un predio dejan sin certeza el futuro de más de mil animales rescatados.

 

Ciudad de México (Marcrix Noticias).- La incertidumbre por perros y gatos se mantiene en Santa Fe tras una orden judicial de desalojo que afecta al Refugio Franciscano, ubicado en la alcaldía Cuajimalpa. En el lugar viven más de mil animales rescatados que permanecen sin una definición clara sobre su situación, en medio de una disputa legal por la propiedad del predio.

El terreno pertenece a la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama. De acuerdo con integrantes del patronato, el inmueble donde opera el refugio habría sido vendido a un grupo financiero, lo que derivó en el proceso judicial que concluyó con la orden de desalojo. Esta versión contrasta con la postura de la dirección de la fundación, que sostiene que la medida se realizó para proteger la integridad de los animales.

La resolución judicial generó preocupación entre quienes colaboran en el refugio, ya que la instalación alberga a perros y gatos rescatados que requieren cuidados constantes, alimentación diaria y atención veterinaria. La posible salida del predio plantea retos logísticos ante la falta de un espacio alternativo que pueda recibir a todos los animales en el corto plazo.

La disputa interna dentro de la fundación ha complicado el panorama. Mientras una parte del patronato asegura que la venta del terreno motivó el conflicto legal, la administración del refugio afirma que el desalojo busca prevenir riesgos mayores y garantizar el bienestar de los animales durante el proceso.

 

Disputa legal y versiones encontradas

 

El conflicto por el predio ha evidenciado diferencias sobre la gestión del patrimonio de la fundación. La falta de consenso entre sus integrantes mantiene abierto el litigio y prolonga la incertidumbre por perros y gatos que dependen del refugio como su principal espacio de protección.

Hasta el momento, no se ha informado de una solución definitiva que permita asegurar la permanencia del Refugio Franciscano en el lugar ni un plan integral para la reubicación de los animales en caso de que el desalojo se concrete de manera definitiva.

Antonio Haghenbeck y de la Lama fue nieto de un comerciante alemán que emigró a México y acumuló una considerable fortuna a través del comercio de ropa y telas, préstamos hipotecarios y la adquisición de bienes raíces. Tras su fallecimiento, dispuso que sus bienes se destinaran a la fundación que lleva su nombre.

En su testamento quedó establecido que el patrimonio debía utilizarse para “la ayuda en general de la fauna de la República Mexicana”. Este mandato es citado por quienes consideran que el uso del predio como refugio animal se apega a la voluntad original del donante y debería prevalecer en cualquier resolución.

La definición legal del caso será determinante para el futuro del refugio y de los más de mil animales que actualmente permanecen bajo su cuidado.

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