OMS: Mil 200 millones de niños sufren castigos físicos en sus hogares cada año

 

La Organización Mundial de la Salud advirtió que los castigos físicos ocasionan daños profundos en la salud y el desarrollo infantil, sin aportar beneficios al comportamiento ni al bienestar de los menores

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló en un informe que unos mil 200 millones de niños y adolescentes, de entre 0 y 18 años, sufren castigos físicos en sus hogares cada año, lo que provoca “daños significativos” a su salud y desarrollo. El organismo subrayó que la práctica varía “considerablemente” entre países, pero en todos los casos representa un grave riesgo para la niñez.

De acuerdo con los datos, entre los niños de 2 a 14 años las tasas de castigo corporal declarado por padres y cuidadores en el último mes oscilan desde el 30 por ciento en Kazajistán y el 32 por ciento en Ucrania, hasta el 63 por ciento en Serbia, el 64 por ciento en Sierra Leona y el 77 por ciento en Togo. El informe también advierte que el 17 por ciento de los menores fueron sometidos a formas más severas, como golpes en la cabeza, la cara o las orejas, o castigos repetidos de gran intensidad.

Etienne Krug, director del Departamento de Determinantes de la Salud, Promoción y Prevención de la OMS, afirmó que existe evidencia científica abrumadora de que el castigo corporal conlleva múltiples riesgos para la salud infantil y “no ofrece ningún beneficio para el comportamiento, el desarrollo ni el bienestar de los niños, ni tampoco para los padres ni para la sociedad”. Por ello, el organismo hizo un llamado urgente a erradicar esta práctica tanto en los hogares como en las escuelas.

El informe muestra que los castigos físicos también están presentes en los entornos escolares, con cifras preocupantes en África y Centroamérica, donde el 70 por ciento de los estudiantes sufren esta práctica, frente al 25 por ciento en la región del Pacífico Occidental. Los niños con discapacidad, aquellos cuyos padres han padecido castigos similares, o cuyos tutores enfrentan problemas de adicciones, depresión o trastornos de salud mental, tienen un riesgo aún mayor de ser violentados.

Los expertos advierten que, además de las lesiones inmediatas, los castigos físicos desencadenan respuestas biológicas perjudiciales, como mayor reactividad de las hormonas del estrés y cambios en la estructura cerebral, lo que afecta gravemente el desarrollo.

Asimismo, los menores expuestos presentan un 24 por ciento menos de posibilidades de alcanzar un desarrollo normal, así como mayor riesgo de ansiedad, depresión, baja autoestima e incluso conductas suicidas, efectos que suelen persistir hasta la vida adulta.

Con base en estos hallazgos, la OMS reiteró la necesidad de políticas públicas y campañas sociales que protejan a la infancia y promuevan métodos de crianza libres de violencia, con el objetivo de garantizar un desarrollo sano y pleno para las nuevas generaciones.

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