Durante su Asamblea Plenaria, los obispos pidierón unidad y fe ante la violencia que enfrenta México.
México (Marcrix Noticias)-En medio del clima de violencia, dolor y desintegración social que atraviesa el país, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un mensaje de fe y esperanza al pueblo, afirmando que “Dios no ha abandonado a México” y que la Iglesia continúa caminando junto a quienes sufren, buscando la reconciliación y la paz bajo el amparo de Santa María de Guadalupe.
Reunidos en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, los obispos celebraron su CXIX Asamblea Plenaria, en la que reflexionaron sobre la realidad nacional y el papel de la Iglesia en el contexto actual. En su mensaje, expresaron su compromiso pastoral con los más pobres y con las víctimas de la violencia, reconociendo los desafíos que enfrenta el país y pidiendo perdón “por no haber acompañado como era nuestro deber” en algunos momentos.
Apoyo al Papa León XIV y llamado a la unidad
El episcopado mexicano destacó el inicio del pontificado del Papa León XIV, describiéndolo como un “don de unidad para la Iglesia universal”. Subrayaron que los ejes de su ministerio —la comunión eclesial y la paz mundial— son también los desafíos más urgentes para México.
“No puede haber paz verdadera sin comunión en la Iglesia, ni comunión real sin compromiso ante la injusticia”, recordaron, citando al pontífice. Los obispos afirmaron su intención de caminar “unidos en Cristo”, promoviendo la reconciliación y la autenticidad pastoral.
Ruta jubilar 2025-2033: esperanza para México
El mensaje episcopal presentó una visión pastoral de largo alcance denominada “Ruta Jubilar: La Esperanza de México”, que incluye tres momentos clave:
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2025: Año Santo de la Esperanza y centenario de la proclamación de Cristo Rey, con 38 catequesis nacionales bajo el lema “Venga Tu Reino”.
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2026: Centenario de la resistencia cristera, una oportunidad para honrar a los mártires de la fe y renovar el compromiso de defender la libertad religiosa.
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2031-2033: Jubileos guadalupano y de la Redención, conmemorando los 500 años del Acontecimiento del Tepeyac y los 2,000 años de la Resurrección de Cristo.
Según los obispos, este itinerario espiritual busca “reavivar la fe del pueblo mexicano y reconstruir la esperanza nacional desde la justicia, la paz y la caridad”.
Crítica social y llamado profético
En un tono firme, los prelados denunciaron la creciente violencia, impunidad y descomposición social que afecta al país. Señalaron que, a pesar de los discursos oficiales, la realidad de muchas familias refleja inseguridad, pobreza y falta de oportunidades.
“Nos dicen que hay paz, pero el pueblo vive con miedo; nos dicen que hay justicia, pero reina la impunidad”, afirmaron.
El documento también lamenta la expansión del crimen organizado, la migración forzada, la desintegración familiar y las políticas educativas que —según los obispos— promueven visiones “ajenas a la dignidad integral del ser humano”.
Además, reiteraron su cercanía con sacerdotes, religiosos y laicos que han sido amenazados o asesinados en su labor pastoral. “El rostro del migrante y del pobre es el rostro de Cristo crucificado hoy”, subrayaron.
La familia, núcleo de reconstrucción social
El episcopado mexicano dedicó un amplio apartado a la defensa de la familia, a la que describió como “el corazón herido de la sociedad”. Criticaron las políticas públicas que, a su juicio, debilitan su estructura y promueven ideologías que “relativizan la identidad humana”.
Llamaron a fortalecer la pastoral familiar para acompañar integralmente a los hogares, desde la preparación al matrimonio hasta las crisis de la vida cotidiana, destacando que “una sociedad que no protege a la familia, se desprotege a sí misma”.
Mirada guadalupana y esperanza en Cristo Rey
Finalmente, los obispos colocaron todo su mensaje “bajo la mirada amorosa de Santa María de Guadalupe”, símbolo de unidad, reconciliación y libertad para el pueblo mexicano. Invitaron a todos los fieles a convertirse en “peregrinos de esperanza”, trabajando por un México más justo y fraterno.
“Los obispos no tenemos todas las soluciones, pero queremos buscarlas junto a quienes verdaderamente aman a México”, concluye el documento, firmado por Mons. Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y presidente de la CEM, y Mons. Héctor M. Pérez Villarreal, secretario general.
