El proyecto usará “órganos en un chip” para analizar efectos de la microgravedad y la radiación espacial en la salud.
Estados Unidos (Marcrix Noticias)-La NASA anunció un innovador experimento que promete transformar la exploración espacial y la medicina personalizada: AVATAR (A Virtual Astronaut Tissue Analog Response), un estudio que usará diminutos “órganos en un chip” para investigar cómo la radiación del espacio profundo y la microgravedad afectan la salud humana.
El proyecto se llevará a cabo durante la misión Artemis II, el primer vuelo tripulado del programa que enviará a astronautas alrededor de la Luna en un viaje de aproximadamente diez días. Los chips viajarán junto con la tripulación y contendrán células donadas por los propios astronautas, permitiendo crear modelos biológicos personalizados para anticipar riesgos médicos antes de futuras expediciones a la Luna y Marte.
“AVATAR es el experimento visionario de la NASA con chips de tejido que revolucionará la manera en que haremos ciencia, medicina y exploración humana multiplanetaria”, destacó Nicky Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la agencia.
Cómo funcionan los órganos en un chip
Estos dispositivos, del tamaño de una memoria USB, contienen células humanas cultivadas para imitar funciones específicas de órganos como el corazón, pulmones, hígado o cerebro. Pueden latir, respirar o metabolizar, e incluso conectarse entre sí para simular la interacción entre sistemas del cuerpo.
Hoy ya se usan en laboratorios para predecir la respuesta de pacientes a medicamentos o terapias contra el cáncer. La NASA busca ampliar sus capacidades para que puedan mantenerse activos por meses, lo que abriría nuevas posibilidades en la investigación de enfermedades y tratamientos.
La médula ósea bajo la lupa
El enfoque inicial de AVATAR estará en la médula ósea, uno de los órganos más sensibles a la radiación y clave en la producción de glóbulos rojos y blancos.
Al exponer chips creados con células de los astronautas a las condiciones del espacio profundo, los científicos esperan entender cómo la radiación y la microgravedad alteran el desarrollo de células sanguíneas y la función inmunológica.
El conocimiento podría no solo proteger a los exploradores en futuras misiones de larga duración, sino también aportar avances en tratamientos contra el cáncer y en medicina regenerativa en la Tierra.
Ciencia para un futuro interplanetario
Durante Artemis II, los chips estarán resguardados en una carga especial diseñada por Space Tango, equipada con baterías y sistemas automatizados de control ambiental.
Tras el regreso, especialistas de Emulate, Inc., empresa pionera en esta tecnología, analizarán los resultados mediante secuenciación genética avanzada.
“Para la NASA, los chips de órganos podrían proporcionar datos vitales para proteger la salud de los astronautas en misiones de espacio profundo”, señaló Lisa Carnell, directora de la División de Ciencias Biológicas y Físicas de la NASA.
“A medida que vayamos más lejos y permanezcamos más tiempo en el espacio, la tripulación tendrá un acceso muy limitado a atención médica clínica. Por ello, será fundamental entender si cada astronauta tiene necesidades únicas y específicas, para poder enviar los suministros adecuados en futuras misiones”.
Con información de la NASA