La joven turista brasileña fue localizada con vida tras caer en un acantilado del volcán Rinjani, pero no resistió las extremas condiciones del lugar
Juliana Marins, una joven brasileña de 26 años, murió luego de pasar más de 72 horas atrapada en un acantilado del volcán Rinjani, en la isla de Lombok, Indonesia.
La turista había sido reportada como desaparecida tras no regresar de una caminata programada en una de las rutas más peligrosas del país. Aunque fue localizada con vida, su rescate se vio imposibilitado por el terreno escarpado, el clima adverso y la profundidad de la caída.
La joven cayó a más de 500 metros de profundidad en una ladera rocosa del volcán, en una zona de difícil acceso. Un dron permitió ubicarla con vida, sentada en una saliente, pero visiblemente débil y sin posibilidad de movimiento. Juliana no contaba con ropa adecuada para el frío, ni con agua o alimentos. Las autoridades indonesias confirmaron que, pese a los esfuerzos, no fue posible hacerle llegar ayuda a tiempo.
Las condiciones meteorológicas extremas, como la espesa niebla, y lo agreste del terreno complicaron todos los intentos de rescate. Los equipos especializados no pudieron descender de forma segura y también se descartó el uso de un helicóptero por la falta de visibilidad. Se evaluaron distintas rutas para alcanzarla, pero todas implicaban riesgos mortales tanto para la joven como para los rescatistas.
La muerte de Juliana fue confirmada el martes 24 de junio por las autoridades de búsqueda y rescate de Indonesia. Los socorristas finalmente lograron descender hasta el punto donde había sido vista por última vez y hallaron su cuerpo sin vida. De acuerdo con los reportes, la joven no resistió las condiciones de aislamiento, hambre, frío y deshidratación durante los tres días que permaneció atrapada.
El caso ha generado conmoción tanto en Indonesia como en Brasil. La familia de Juliana, que había viajado al país para seguir de cerca las labores de rescate, confirmó la noticia en redes sociales y agradeció el apoyo recibido. La Cancillería brasileña también lamentó el fallecimiento y expresó sus condolencias, asegurando que se brindará todo el apoyo necesario para la repatriación del cuerpo.
Juliana Marins era publicista y mochilera. Desde febrero de este año recorría el Sudeste Asiático, documentando su viaje a través de redes sociales.
Su trágica muerte ha abierto un debate sobre la seguridad en las expediciones turísticas en zonas de alto riesgo y la necesidad de contar con protocolos de emergencia eficaces en senderos naturales extremos como el del Rinjani.