El presidente de Brasil dijo que buscará una salida diplomática antes del 1 de agosto, pero aplicará la “ley de reciprocidad” si Estados Unidos cumple su amenaza
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este jueves que su gobierno intentará resolver por la vía diplomática la amenaza del mandatario estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas. Sin embargo, advirtió que Brasil está listo para responder “de igual a igual” si Estados Unidos impone la medida.
“Primero intentaremos negociar, pero si no hay negociación, se pondrá en práctica la ley de reciprocidad. Si nos van a cobrar 50, les cobraremos 50”, declaró Lula en entrevista con Record TV.
La advertencia se sustenta en una ley recientemente aprobada por el Congreso brasileño, la cual otorga al presidente poderes para tomar represalias ante barreras comerciales impuestas por otros países.
Según fuentes diplomáticas, Brasil esperará a que los aranceles se apliquen oficialmente antes de anunciar medidas concretas. Un diplomático brasileño que pidió el anonimato señaló que “tenemos hasta el 1 de agosto” para actuar y que, por el momento, la prioridad del gobierno es agotar la vía diplomática.
Los aranceles anunciados por Trump forman parte de una estrategia más amplia para presionar a países que, según su administración, mantienen desequilibrios en la balanza comercial con Estados Unidos. En el caso de Brasil, se verían afectadas industrias clave como el acero, el aluminio y la agroindustria.
Desde que asumió la presidencia, Lula ha buscado reforzar las relaciones multilaterales y fortalecer el comercio internacional.
La posible imposición de aranceles representa un desafío importante para su política exterior, sobre todo en un contexto económico global ya afectado por tensiones comerciales y procesos electorales en varias potencias.
El gobierno brasileño ha mantenido consultas con sus socios del Mercosur y no descarta escalar el tema a instancias internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), en caso de que las negociaciones con Washington fracasen.
“Brasil no busca una guerra comercial, pero tampoco aceptará medidas unilaterales que perjudiquen a nuestros productores”, concluyó Lula.