Kokichi Akuzawa alcanzó la cima impulsado por el apoyo de familiares y amigos.
Japón (Marcrix Noticias)-Kokichi Akuzawa estuvo a punto de abandonar su travesía para alcanzar la cima del monte Fuji, pero el aliento de sus familiares y amigos lo impulsó a continuar.
A sus 102 años, el montañista japonés se convirtió en la persona de mayor edad en escalar la montaña más alta de Japón, un logro reconocido por Guinness World Records tras coronar el pico el pasado 5 de agosto.
“Realmente estuve tentado a rendirme a mitad de camino. Llegar a la cima fue difícil, pero mis amigos me animaron, y resultó bien. Logré superarlo porque muchas personas me apoyaron”, confesó en entrevista con The Associated Press.
Un viaje épico en compañía de familiares y amigos
El ascenso no lo hizo solo: estuvo acompañado por su hija Motoe, de 70 años; su nieta y el esposo de ella; además de cuatro compañeros de un club local de montañismo. El grupo acampó dos noches en la ruta antes de alcanzar la cumbre de 3.776 metros.
Akuzawa no es ajeno a las hazañas en el Fuji. En 2017, con 96 años, ya había establecido un récord similar.
Desde entonces superó problemas cardíacos, herpes zóster e incluso lesiones por caídas, pero nunca abandonó el montañismo. Para este último reto, entrenó durante tres meses, caminando al amanecer por al menos una hora y escalando casi una montaña por semana en la prefectura de Nagano, al oeste de Gunma, en el centro de Japón.
“Estoy impresionado de haber escalado tan bien”, dijo el veterano, quien necesita que su hija Yukiko, de 75 años, le repita las preguntas al oído debido a problemas de audición.
A pesar de su avanzada edad, Akuzawa asegura que no da por ninguna montaña por sentada.
“Es mejor escalar mientras aún puedas”.
Una vida marcada por las montañas
Akuzawa comenzó a escalar en su juventud, atraído no solo por la majestuosidad de las cumbres, sino por la comunidad que se formaba en ellas.
“Escalo porque me gusta. Es fácil hacer amigos en la montaña”, declaró.
Ingeniero de diseño de motores y más tarde inseminador artificial de ganado —profesión que ejerció hasta los 85 años—, encontró en el montañismo un equilibrio entre disciplina y disfrute.
“Te gustara estudiar o no, podías disfrutar de la montaña de la misma forma. La inteligencia no importaba allá arriba. Todos estábamos en igualdad de condiciones y avanzábamos juntos”.
Aunque durante muchos años disfrutó de escalar solo, hoy reconoce que depende del apoyo de sus compañeros.
“El monte Fuji no es una montaña difícil, pero esta vez fue más difícil que hace seis años. Más difícil que cualquier montaña anterior”, reconoció. “Nunca me había sentido tan débil. No tenía dolor, pero seguía preguntándome por qué era tan lento, por qué no tenía resistencia. Hacía tiempo que había pasado mi límite físico, y solo gracias a la fuerza de todos los demás lo logré”.
Tras romper un nuevo récord, Akuzawa asegura que probablemente no vuelva a intentar otra cima tan alta.
“Me encantaría seguir escalando para siempre, pero supongo que ya no puedo”, admitió.
Ahora se concentra en ascender montañas locales como el monte Akagi, de 1.828 metros, y dedica sus días al voluntariado en un centro de cuidado de personas mayores y a la pintura en su estudio.
Sus hijas ya le han hecho una petición especial: pintar el monte Fuji al amanecer.
“Tengo muchas solicitudes”, bromeó entre risas familiares. “Quiero pintar algunas escenas desde la cima del monte Fuji, lugares que guardan recuerdos especiales para mí, ya que probablemente esa fue la última vez que llegué a la cima”.
Con información de AP