Las intensas lluvias en la provincia montañosa de Khyber-Pakhtunkhwa, Pakistán, han provocado inundaciones, deslaves y el desbordamiento de lagos glaciares
Estados Unidos. (Marcrix Noticias). En los últimos años, los 255 millones de habitantes de Pakistán han sufrido inundaciones, desbordamientos de lagos glaciares y sequías, fenómenos que, según científicos, se agravarán por el cambio climático. Ahora, las lluvias torrenciales en Khyber-Pakhtunkhwa, provincia fronteriza con Afganistán, dejaron al menos 180 muertos en apenas 24 horas.
En el distrito de Buner, donde decenas de casas y escuelas resultaron dañadas, los vecinos relataron momentos de terror. “Mi casa está en una colina, cerca de un arroyo. A las dos o tres de la madrugada, mientras llovía a cántaros, oí un ruido enorme… arrasó con todo a su paso, creí que iba a morir”, contó Azizullah, uno de los sobrevivientes.
Las autoridades informaron que al menos una docena de aldeas resultaron gravemente afectadas. En la localidad de Salarzai, en Bajaur, el lodo sepultó viviendas de adobe y obligó al uso de excavadoras para liberar caminos. Helicópteros sobrevolaban zonas convertidas en cauces fangosos, donde antes había comunidades enteras.
La tragedia se agravó cuando un helicóptero militar MI-17, que transportaba víveres y material de rescate, se estrelló debido al mal tiempo antes de llegar a Bajaur. Los cinco tripulantes, incluidos dos pilotos, murieron, confirmó el ministro principal de la provincia, Ali Amin Gandapur.
La autoridad provincial de gestión de desastres declaró siniestrados numerosos distritos de Khyber-Pakhtunkhwa y desplegó brigadas de rescate en áreas de difícil acceso por la geografía montañosa. Sin embargo, el mal clima continúa complicando las labores de auxilio.