Después de los monos aulladores fallecidos; otras especies son protegidas en espacios con aire acondicionado, por ejemplo
CIUDAD de México (Marcrix Noticias).- Las olas de calor que azotan a gran parte de México ha desencadenado una serie de eventos preocupantes para la fauna del país. En primera instancia, se observaron monos aulladores cayendo de los árboles debido al calor abrasador. Actualmente, se atienden aves o pequeños mamíferos que se recuperan de la deshidratación en espacios con refrigeración.
En medio de la intensa ola de calor que azota gran parte de México y continúa afectando a los animales, estas escenas poco comunes se han vuelto habituales para pequeños grupos ecologistas en diversas regiones del país, los cuales se las ingenian para socorrer a un número creciente de animales deshidratados. Esto ocurre con escaso o nulo respaldo por parte de las autoridades. En algunos zoológicos también se observan situaciones inusuales, como la distribución de helados de carne y sangre a los leones.
En la zona de La Huasteca, en San Luis Potosí, el refugio de fauna silvestre Selva Teenek ha asistido a cerca de cincuenta ejemplares en los últimos dos meses; los aloja en tres espacios con aire acondicionado. Entre los animales atendidos se cuentan búhos, lechuzas, polluelos, águilas, así como coyotes, linces o triguillos, todos ellos aquejados por la deshidratación.
“No había pasado nunca”, comentó Laura Rodríguez, la veterinaria a cargo. “Algunos han llegado con un grado de deshidratación que no podemos recuperar por vía oral”, por lo que fue necesario administrarles líquidos mediante suero intravenoso.
Inicialmente, los animales eran estabilizados en la clínica del centro, la única habitación provista de un pequeño equipo de aire acondicionado. Sin embargo, el 9 de mayo, las temperaturas superaron los 51 grados Celsius, lo que provocó la saturación del espacio con la llegada de quince aves, según informó Ena Mildred Buenfil, directora de Selva Teenek. Incluso tuvieron que habilitar la recepción de unas cabañas destinadas a los visitantes del centro.
“Fue terrible”, señaló Teenek. La combinación de sequía, calor extremo y baja humedad propició que algunas aves “empezaran literalmente.. a morir en el vuelo y caían”. Se recibieron llamados de auxilio desde todas partes.
“Llegaban fotografías de decenas de loros tirados ya sin vida. La gente llegaba a las oficinas con cajas con polluelos… porque se tiraban de los nidos”, una situación común durante las olas de calor cuando los animales se desesperan, detalló Buenfil. También se recibieron reportes de murciélagos fallecidos.
Fue entonces cuando se inició una campaña para adquirir más equipos de aire acondicionado y refrescar otras dos estancias.
Otros animales reciben trato diferente. A las martuchas —parientes de los mapaches— las meten al aire acondicionado al mediodía y por la noche las sacan. Y algunos osos hormigueros que también viven en el parque pero en espacios diferentes están con ventiladores.
Selva Teenek es un ecoparque sin fines de lucro que acoge de forma permanente animales decomisados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y que ya no pueden vivir en libertad. Sin embargo, su representante dijo que no reciben financiación estatal para cuidarlos, y ahora, la refrigeración ha incrementado notablemente los gastos y cuando el espacio escasea, Buenfil hasta se ha llevado búhos a su casa.
Cabe destacar que los grupos ecologistas consideran que las autoridades no toman en serio a la fauna silvestre. “No hay instalaciones de índole ni federal ni estatal que estén preparadas para los sucesos que nos están ocurriendo”, increpó la directora de Selva Teenek. Y es la sociedad civil la que ha tenido que dar respuestas, agregó.
La Secretaría de Medio Ambiente no ha ofrecido datos de aves u otros animales muertos por la ola de calor pero sí de monos aulladores, una especie icónica del sureste del país.
En un comunicado emitido el 31 de mayo, este organismo reconoció que 204 primates habían fallecido en el sureste mexicano debido a golpes de calor, un factor al que posiblemente se sumó la falta de agua en los ríos de la zona.
De acuerdo a la secretaría, 157 de estos monos murieron en Tabasco, un estado en el sur del Golfo de México.
No obstante, la organización no gubernamental Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta, el grupo que alertó en mayo sobre la caída de monos de los árboles debido al calor, ha contabilizado 198 ejemplares muertos solo en Tabasco, por lo que el total podría rondar los 250, según su director, Gilberto Pozo.
Durante este periodo de altas temperaturas, este colectivo ha rescatado a 18 primates y mantiene equipos de biólogos y veterinarios recorriendo la selva en busca de monos enfermos, aunque no siempre logran salvarlos. Esta semana, tres de los primates rescatados de la selva aún con vida fallecieron porque no pudieron estabilizarse.
La Secretaría de Medio Ambiente dijo estar “atendiendo de manera coordinada los eventos que se han reportado en conjunto con la sociedad civil y la academia”, sin embargo Pozo aseguró que esa institución “no se ha involucrado mucho”.
“El único plan de rescate es el que tenemos nosotros”, aseguró Pozo. Dijo que les dieron un refrigerador, “cositas mínimas como algunos insumos médicos y hasta ahí”.
A más de mil kilómetros al norte, la directora de Selva Teenek coincide en la falta de apoyo oficial. “No existe un plan de emergencia establecido por la autoridad al cual podamos unirnos, sino que somos nosotros quienes enfrentamos todas estas circunstancias”.
Ellos ya están preparando instalaciones más permanentes porque “sabemos que estas olas de calor van a ser constantes” y podrían intensificarse, dijo la veterinaria Laura Rodríguez mientras se disponía a recibir a dos aves más y un coyote que le avisaron que estaban en camino.