Activistas desplegaron una manta en la Estela de Luz en CDMX.

México (Marcrix Noticias)-La organización Greenpeace México instaló una pancarta de protesta en la Estela de Luz, ubicada en Ciudad de México, con el objetivo de visibilizar la deforestación que amenaza a la Selva Maya.

Con esta acción, los activistas buscan llamar la atención de la población y de las autoridades sobre la necesidad urgente de proteger los ecosistemas de la región.

La protesta forma parte de una serie de acciones que Greenpeace ha realizado para alertar sobre los riesgos ambientales de los proyectos turísticos y urbanísticos que se desarrollan sin estudios de impacto ambiental completos.

Denuncia contra la deforestación

Greenpeace advirtió que la deforestación de miles de hectáreas en Yucatán y Quintana Roo pone en peligro a especies en riesgo de extincióny afecta directamente a los acuíferos, suelos y la biodiversidad local.

La organización señaló que la expansión de proyectos turísticos y de infraestructura sin planificación ambiental podría generar un daño irreversible al ecosistema y al equilibrio natural de la región.

Además, Greenpeace resaltó la importancia de preservar la Selva Maya como corazón ecológico de México, vital para la regulación climática y la protección de la flora y fauna locales.

Respuesta de la sociedad y autoridades

La acción de Greenpeace fue acompañada por la difusión de imágenes y un comunicado oficial, donde se subraya la relevancia de la movilización ciudadana para lograr cambios en la política ambiental.

La protesta también busca presionar a las autoridades federales y locales a implementar medidas de protección efectivas y garantizar la sostenibilidad de la Selva Maya.

Diversos grupos ambientalistas y ciudadanos han mostrado apoyo a la causa, destacando que la preservación de los bosques y selvas es una responsabilidad colectiva que requiere atención inmediata.

Precedente de protección ambiental

En julio de 2024, la empresa Xcaret desistió de un megaproyecto que implicaba la deforestación de más de 150 hectáreas en la Selva Maya.

El proyecto contemplaba la construcción de nueve hoteles de 18 niveles, una cascada artificial de 59 metros y otros desarrollos turísticos y residenciales.

Su cancelación fue considerada una victoria para el medio ambiente por Greenpeace y diversas organizaciones ciudadanas, que resaltaron la importancia de la presión social y la vigilancia mediática para proteger los ecosistemas.

Con información de Proceso

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