El colapso del diálogo coincide con nuevos choques fronterizos que dejaron cuatro civiles muertos, según autoridades afganas.

Pakistán (Marcrix Noticias)-Las conversaciones de paz entre Pakistán y Afganistán celebradas esta semana en Estambul concluyeron sin acuerdo, en medio de un ambiente marcado por la desconfianza y los recientes enfrentamientos armados. 

Tras dos días de diálogo mediado por Turquía y Qatar, las delegaciones abandonaron la mesa acusándose mutuamente de obstaculizar el proceso.

El encuentro buscaba aliviar las crecientes tensiones en la frontera común y reforzar el frágil alto el fuego pactado el 19 de octubre, luego de una serie de choques que dejaron decenas de muertos. Sin embargo, los intentos diplomáticos fracasaron y las posturas se endurecieron.

Desde Kandahar, el portavoz del gobierno afgano, Zabiullah Mujahid, responsabilizó a Islamabad del colapso de las negociaciones al asegurar que las exigencias de Pakistán eran “irrazonables”.

“La reunión terminó y las conversaciones están en un punto muerto por ahora”, declaró. 

Mujahid insistió en que Afganistán “no quiere inseguridad en la región” y subrayó que “entrar en guerra no es nuestra primera opción, pero si estalla, tenemos derecho a defendernos”.

Por su parte, el ministro de Defensa paquistaní, Khawaja Asif, confirmó que su delegación regresó a Islamabad sin ningún plan para futuras rondas.

“Las conversaciones han terminado. No hay esperanza de una cuarta reunión”, dijo a la televisora Geo News, al tiempo que advirtió que el alto el fuego se mantendrá solo si “no es violado por el lado afgano”.

Acusaciones cruzadas y violencia persistente

Pakistán acusa al gobierno talibán de albergar al Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), grupo insurgente vinculado a múltiples ataques en territorio paquistaní desde 2021. Kabul niega las acusaciones y afirma que no permite que su suelo se utilice para agredir a otros países. Mujahid recordó que el TTP “surgió mucho antes de la llegada del Talibán al poder” y rechazó cualquier vínculo operativo con esa organización.

El fracaso del diálogo coincidió con nuevos enfrentamientos fronterizos que, según funcionarios afganos, dejaron cuatro civiles muertos y cinco heridos, pese a las conversaciones en curso. Asif acusó a la delegación afgana de haberse presentado “sin programa” y de negarse a firmar cualquier acuerdo por escrito.

La violencia entre ambos países se intensificó tras las explosiones del 9 de octubre en Kabul —que el Talibán atribuyó a drones paquistaníes— y derivó en una serie de ataques aéreos, represalias y más de 80 muertos entre soldados y civiles de ambos lados.

Frontera cerrada y crisis humanitaria

El deterioro de las relaciones llevó a Pakistán a cerrar todos sus cruces fronterizos con Afganistán el pasado 12 de octubre, bloqueando rutas comerciales vitales.

Miles de personas permanecen varadas y centenares de camiones con mercancías siguen detenidos en ambos lados de la línea divisoria. Aunque la semana pasada Islamabad reabrió parcialmente el paso de Torkham para permitir el retorno de refugiados afganos, el flujo comercial continúa restringido.

En paralelo, el gobierno paquistaní mantiene una campaña masiva de deportaciones de extranjeros sin documentación, la mayoría afganos. Según cifras oficiales, más de un millón de personas han sido expulsadas desde 2023.

La ruptura del diálogo de Estambul revive el temor de que el frágil alto el fuego vuelva a colapsar, en una región que ya enfrenta un repunte de ataques insurgentes y una creciente crisis humanitaria en su frontera más tensa.

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