Por no contar con boyas de protección, en los últimos meses ha habido un saldo trágico de ocho mil aves electrocutadas.
Para mitigar este problema, la SDS y la CFE trabajan en la instalación de boyas de protección en zonas críticas como Celestún, Las Coloradas y la ría de Progreso, con el fin de evitar que las aves entren en contacto con el tendido eléctrico.
Otro factor de riesgo para los flamencos son los ataques de perros ferales. La Fundación Pedro y Elena ha colaborado en la denuncia y monitoreo de estos incidentes, promoviendo campañas para reducir el impacto en la especie.
A pesar de estas amenazas, los flamencos continúan llegando a la región. Sin embargo, los efectos de fenómenos naturales, como huracanes, también los afectan. Un caso reciente fue el rescate de un flamenco joven tras el paso del huracán Milton en Sisal, que pudo ser rehabilitado y liberado nuevamente en su hábitat.
Las autoridades y organizaciones ambientales hacen un llamado a la protección de esta icónica especie, cuyo equilibrio sigue dependiendo de la acción human