Turistas, nacionales y locales han denunciado que en Dzibanché los ejidatarios de Morocoy han instaurado un sistema arbitrario de cobros ilegalesTuristas, nacionales y locales han denunciado que en Dzibanché los ejidatarios de Morocoy han instaurado un sistema arbitrario de cobros ilegales

Cobran 128 pesos a cada turista más estacionamiento en la zona arqueológica maya de Dzibanché

Chetumal (Marcrix Noticias)- Dzibanché, una de las joyas arqueológicas del sur de Quintana Roo, se enfrenta a un escándalo de corrupción y abusos que está ahuyentando a los turistas, a quienes les cobran $128 pesos por ingresas más otros 50 pesos por el uso del estacionamiento.

Turistas, nacionales y locales han denunciado que en Dzibanché los ejidatarios de Morocoy han instaurado un sistema arbitrario de cobros ilegales, bajo el pretexto de una “ayudantía ecológica”, cobrando tarifas adicionales a las del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El INAH cobra una tarifa de ingreso por persona de $68.00 pesos.

Pero adicionalmente se suma la tarifa arbitraria por parte del Ejido Morocoy de 60 pesos más un cobro adicional de 50 pesos por el uso del estacionamiento, por lo que en promedio un turista paga 128 pesos más el estacionamiento.

Las quejas no se limitan a los precios excesivos, sino que también apuntan a una evidente colusión entre las autoridades ejidales y las personas que realizan estos cobros en su mayoría trabajadores del INAH, permitiendo que este esquema de estafa opere impunemente.

Este abuso de poder no solo afecta a los turistas, sino que también pone en evidencia la falta de control y supervisión por parte de las autoridades competentes en la zona arqueológica de Dzibanché.

El pasado fin de semana, la recién inaugurada zona arqueológica de Ichkabal, en Bacalar, se convirtió en un ejemplo de éxito turístico al recibir cientos de visitantes gracias a un acceso claro y transparente, regulado únicamente por el cobro oficial del INAH de 68 pesos.

Mientras Ichkabal emerge como un modelo de gestión turística transparente, Dzibanché se hunde en una crisis provocada por la avaricia de unos cuantos y la inacción de quienes deberían proteger el patrimonio cultural, denunciaron turistas.

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