La operación realizada en Portoviejo, también decomisó un vehículo y seis teléfonos móviles, con un valor estimado de 29 millones de dólares en el mercado ilícito.
Ecuador (Marcrix, Noticias).- La Policía de Ecuador detuvo el pasado sábado 2 de noviembre a dos ciudadanos mexicanos, un colombiano y un ecuatoriano en la ciudad de Portoviejo, en la provincia costera de Manabí, como parte de una operación contra el narcotráfico.
Los detenidos fueron identificados como Jesús Francisco O. y Luis Henrique L., de nacionalidad mexicana, Andrés Felipe G., colombiano, y Jhonny Marcelo Z., ecuatoriano.
La detención ocurrió tras un cateo realizado en una vivienda del sector de Pueblo Nuevo, donde agentes de la Unidad Nacional de Investigación de Sustancias Químicas (UNSQ) encontraron casi 1.5 toneladas de clorhidrato de cocaína.
Durante el operativo, los agentes contabilizaron un total de mil 295 paquetes de cocaína, que sumaron un peso total de un millón 477 mil 500 gramos, equivalente a 1.5 toneladas.
La droga hallada representa un total de aproximadamente 14.7 millones de dosis, según estimaciones del mercado de los adictos. Este decomiso se considera uno de los más grandes en la región en los últimos meses, y su valor en el mercado ilícito alcanzaría los 29.5 millones de dólares, según cálculos de las autoridades ecuatorianas.
El operativo también resultó en el decomiso de un vehículo y seis teléfonos móviles, que los detenidos habrían utilizado en sus actividades ilícitas.
Todo lo incautado, incluidos los individuos, la droga y los objetos, fue entregado a las autoridades judiciales para su procesamiento y posterior investigación.
Ecuador ha sido identificado como un punto clave en las rutas de tráfico de drogas, especialmente por su cercanía con Colombia y Perú, dos de los mayores productores de cocaína del mundo.
La ubicación estratégica del país en la región lo convierte en un paso obligado para el narcotráfico. De acuerdo con los informes, Ecuador es el tercer país en el mundo con más decomisos de droga, solo detrás de Colombia y Estados Unidos, con un promedio de 200 toneladas de sustancias ilícitas confiscadas anualmente.
Las autoridades siguen realizando operativos en diversas regiones, con el objetivo de frenar el flujo de narcóticos que atraviesa su territorio y afecta tanto a la seguridad nacional como a la salud pública.