La construcción en “El Saucito” retenía agua y afectaba a productores agrícolas de la región.
Chihuahua (Marcrix Noticias)-La Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó este miércoles la conclusión de la demolición de una presa ilegal ubicada en el rancho El Saucito, propiedad del exgobernador de Chihuahua, César Duarte.
El director general de la dependencia, Efraín Morales, explicó que la obra hidráulica retenía de manera irregular grandes volúmenes de agua, lo que impedía que medianos y pequeños productores pudieran desarrollar sus actividades agrícolas.
Un proceso con sustento legal
Antes de proceder a la demolición, la Conagua agotó todas las instancias jurídicas, lo que permitió desmontar la presa principal junto con cinco represas adicionales. Actualmente, el cauce del arroyo El Saucito, afluente del río Agujas, se encuentra completamente liberado.
El funcionario señaló que el caso evidenció el uso ilegal del agua, práctica que calificó como un abuso hacia la población y los productores de la región.
Un tesoro líquido en el rancho de César Duarte
La denuncia pública se hizo el 28 de mayo del presente año, cuando Morales López presentó pruebas gráficas que mostraban la construcción sin permisos de una presa principal y cinco represas que acumulaban cerca de 700 mil metros cúbicos de agua dentro del rancho de Duarte.
Ese mismo mes, la Conagua notificó al exmandatario estatal sobre el inicio del procedimiento de demolición. Aunque la obra se detuvo momentáneamente por una suspensión provisional, el 6 de junio el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal y Administrativa del Décimo Séptimo Circuito revocó la medida, dando luz verde a la dependencia para continuar los trabajos.
El tribunal consideró válidos los argumentos de la CONAGUA, al confirmar que Duarte no contaba con título de concesión para el uso de aguas nacionales y que el municipio carecía de facultades para autorizar la construcción de presas.
Las obras clandestinas modificaban el cauce natural del arroyo El Saucito, que alimenta al río Agujas y, posteriormente, al río Conchos y al río Bravo. Esta alteración ponía en riesgo la gestión de un recurso vital en un estado particularmente vulnerable a la escasez hídrica y al cambio climático.
Con la conclusión de la demolición, la CONAGUA afirmó que el río ha sido restituido a su cauce natural y reiteró que continuará aplicando medidas legales contra quienes realicen prácticas similares.
Con información de Infobae