Exempleados acusan a la fintech brasileña de crear un ambiente tóxico; los testimonios revelan discriminación, violencia psicológica y represalias contra quienes alzan la voz.

 

Ciudad de México (Marcrix Noticias).– Nu México, la filial del banco digital brasileño Nubank, enfrenta una serie de denuncias por acoso, racismo, homofobia y despidos arbitrarios. 

Exempleados revelaron a medios nacionales un ambiente laboral tóxico, marcado por la exclusión sistemática de trabajadores mexicanos, discriminación por orientación sexual y de género, así como una cultura corporativa que, aseguran, revictimiza a quienes denuncian.

De acuerdo con testimonios recopilados, detrás de la imagen joven, moderna e inclusiva que proyecta “La Moradita”, como se conoce popularmente a la empresa, se esconde una estructura laboral marcada por la violencia psicológica, el clasismo y el silencio. 

Varios extrabajadores relataron dinámicas de gaslighting, segregación lingüística y represalias disfrazadas de evaluaciones negativas o desvinculaciones injustificadas.

Uno de los casos más emblemáticos es el de Felipe (nombre ficticio), quien trabajó en el área de ciberseguridad y fue despedido sin previo aviso, mientras estaba en casa con su esposa embarazada. 

Según relata, su experiencia en Nu lo dejó con secuelas de ansiedad, miedo a la inestabilidad laboral y estrés postraumático. A pesar de haber sido contratado desde México, reportaba a jefes en Brasil, en un ambiente donde el idioma portugués se usaba como barrera de exclusión.

Otro testimonio, el de Daniela (nombre modificado), expone un patrón sistemático de discriminación hacia los equipos mexicanos, especialmente hacia las mujeres. 

Denunció que las evaluaciones laborales estaban sesgadas por estereotipos de género y que existía una cultura de “obediencia” donde el disentimiento era castigado con aislamiento o despido. También reveló que en reuniones internas, los trabajadores mexicanos eran objeto de burlas y se les refería con términos despectivos como “frijoleros”.

Las denuncias incluyen casos de acoso sexual cometidos por líderes que usaban un discurso progresista como fachada. Se documentaron mensajes inapropiados, presiones para enviar fotos y consecuencias laborales para quienes se negaban a ceder. 

Las víctimas afirman que, tras reportar estos incidentes a Recursos Humanos, no hubo sanciones para los agresores, y ellas fueron poco a poco excluidas de proyectos, reuniones o incluso forzadas a renunciar por agotamiento emocional.

También se reportaron casos de discriminación hacia personas trans y neurodivergentes. Una exempleada aseguró que fue presionada para “no comportarse así” dentro de la empresa, mientras que a otra persona con una condición neurológica se le negó apoyo e incluso se le desacreditó su diagnóstico. 

Las denunciantes coinciden en que el canal de quejas, gestionado desde Brasil, no contempla las leyes laborales mexicanas y carece de mecanismos efectivos para garantizar justicia.

El abogado Leopoldo Jácome y la activista Alma Paz, acompañan legalmente a extrabajadores en procesos iniciados ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, Conapred e instancias penales. 

Ambos sostienen que Nu, ha violado la Norma Oficial Mexicana NOM-035, diseñada para proteger la salud psicosocial en los centros de trabajo. Entre las irregularidades denunciadas se incluyen despidos sin causa justificada, incumplimiento de derechos laborales, vigilancia digital y promesas de beneficios financieros sin respaldo legal.

Los testimonios también señalan que, durante el proceso en que Nu adquirió la Sofipo Akala en Chihuahua, para operar como institución financiera en México, comenzó un abandono institucional hacia los empleados. Internamente, algunos mandos de la empresa advertían que Akala arrastraba vínculos con el exgobernador César Duarte, acusado de corrupción.

Además, los esquemas de contratación han sido señalados por simular outsourcing a través de estructuras paralelas, lo cual pone en entredicho tanto la protección de datos personales como los derechos laborales. Las personas contratadas como personal de atención al cliente, por ejemplo, no son reconocidas como trabajadores directos de Nu.

Consultada por las denuncias, la empresa respondió: “La ética, el respeto, la diversidad y la inclusión son principios inquebrantables para Nu. Por confidencialidad y protección de datos, no compartimos información sobre presuntos asuntos de carácter legal. Reiteramos nuestro compromiso con construir entornos respetuosos y diversos”.

Sin embargo, para las personas afectadas, la respuesta institucional no basta. “Esto no es un caso aislado”, afirma Alma Paz. “Las denuncias revelan un patrón estructural. Nu vendió la idea de ser una empresa distinta, pero replicó lo peor del viejo sistema financiero, con un nuevo disfraz”.

Las demandas siguen activas y las víctimas exigen a las autoridades que el otorgamiento de licencias bancarias, incluya el cumplimiento estricto de la legislación laboral mexicana como requisito indispensable.

Con información de Proceso.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

No puedes copiar el contenido de esta página