Unas 150 personas entre: Ejidatarios, vendedores de artesanías y operadores turísticos bloquearon este lunes la carretera del poblado de Pisté Yucatán para impedir que autobuses y vehículos puedan ingresar a la zona arqueológica de Chichén Itzá.
Piden la destitución del director de la zona, el arqueólogo Marco Antonio Santos Ramírez; lo acusan de presuntos atropellos y acoso a los ambulantes y guía de turistas.
Que escuche el gobierno muy bien, cualquiera que sea, que lo entiendan muy bien, nosotros los artesanos somos mayas, han hecho miles de millones de dinero con nuestro nombre compañeros, estamos aquí luchando por nuestros usos y costumbres y jamás van a venir a pisotearnos; que se les quede muy bien a todos los empresarios que nos han querido ver a afuera, no les vamos a dar el gusto, porque nacimos aquí, seguiremos aquí y moriremos aquí”. Señala una de las manifestantes durante su intervención al tomar el micrófono.
Con pancartas y al grito de “fuera, fuera” piden la intervención de las autoridades.
Por su parte la delegación del INAH en Yucatán señaló que son respetuosos de las inconformidades y que la zona turística seguirá abierta y funcionando para los turistas.
Así lo dio a conocer Arturo Chab, Director del centro INAH Yucatán :
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En relación a las manifestaciones de algunos ejidatarios y vendedores que realizan actividades en la zona arqueológica, así como gente aledaña a la misma, el instituto será muy respetuoso de las manifestaciones, sin embargo nosotros tenemos la obligación de dar un servicio público para la visita en virtud de que las zonas arqueológicas son Patrimonio de la Nación; por lo que nosotros continuaremos realizando nuestras actividades, invitamos a los turistas para que de una o de otra manera, puedan acceder a través del sacbé o lo que viene siendo el camino aledaño a la zona y nosotros desde el acceso principal estaremos brindando el servicio al público con normalidad”.
Los turistas que llegan, aunque no pueden ingresar en los autobuses; caminan para llegar a la zona que permanece abierta.
Los ejidatarios piden diálogo con las autoridades del INAH y aseguran que llegarán hasta las últimas consecuencias.