Cámaras de vigilancia grabaron a los agresores; las imágenes se difundieron para solicitar apoyo en su captura.
Cancún (Marcrix Noticias).- Una trabajadora de la Región 225 quedó marcada por el terror provocado por delincuentes que operan sin piedad en Cancún y que, una vez más, demostraron que no tienen el más mínimo respeto por la vida ni por el esfuerzo ajeno.
Aunque solo quería llegar a casa, al salir de un “six” en el fraccionamiento La Selva, la mujer fue interceptada por sujetos armados que la sometieron brutalmente. Entre forcejeos, la lastimaron, le arrebataron las llaves y se apropiaron de su vehículo. Minutos después lo abandonaron, solo para huir en otro auto que los esperaba, llevándose consigo todo lo que ella había trabajado con tanto esfuerzo: dinero, documentos, artículos personales y un iPhone 16.
El colmo —y la mayor indignación— es que estas ratas, sin vergüenza alguna, pusieron el teléfono a la venta en redes sociales, como si todo se tratara de un simple negocio y no de un acto violento que pudo costarle la vida a una persona inocente.

La víctima, aún con el miedo y el dolor del ataque, logró encontrar su bolsa tirada metros adelante… vacía, sin sus documentos, como era de esperarse cuando se trata de delincuentes que viven lucrando con el sufrimiento ajeno.
Gracias a las cámaras de videovigilancia de los propietarios de la zona, los agresores quedaron grabados. Las imágenes ya están en manos de las autoridades. Incluso existe información que sugiere que uno de ellos podría ser trabajador del Aeropuerto Internacional de Cancún, lo que agrava aún más la preocupación entre los vecinos.
Aunque los hechos ocurrieron la noche del miércoles 19 de noviembre, la denuncia fue interpuesta este sábado. La familia pide justicia y también apoyo ciudadano: si alguien reconoce a estas lacras de la sociedad, que no dudan en dañar, robar y lucrar con lo robado, puede comunicarse con este medio o directamente con la Fiscalía.
Mientras tanto, Cancún continúa enfrentando una ola de asaltos a mano armada y robos que parecen no tener freno. Y la ciudadanía , una vez más, exige seguridad, justicia y que estas ratas finalmente paguen por todo el daño que han causado.

