Eduardo Galaviz Ibarra recordó el conflicto político que surgió en Quintana Roo en 2002, cuando Juan Ignacio García Zalvidea ganó la presidencia municipal de Cancún.

Cancún (Marcrix Noticias)- A 20 años del episodio político más escándaloso de Quintana Roo, en donde la concentración de tanto poder, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, en un solo hombre, el gobernador Joaquín Ernesto Joaquín Hendrikx Díaz, le permitió la pretensión de extinguir un gobierno municipal por ser considerado un poderoso adversario político, podría repetirse, afirmó Eduardo Galaviz Ibarra, presidente del Observatorio Legislativo.

Recordó que el problema surgió desde que Juan Ignacio García Zalvidea ganó la elección para presidente municipal, en el periodo 2002-2005, por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), pasando casi desapercibido mientras que Gastón Alegre López, (PRD), y Víctor Viveros Salazar , (PRI), se disputaba el triunfo, ante lo cual, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación falló a favor de García Zalvidea, un día antes de que rindiera protesta el cargo.

Al conflicto político que ya enfrentaba con el PRI, se le sumó otro con el partido que lo llevo a la presidencia municipal, cuando su líder nacional, Jorge Emilio González fue intervenido cuando platicaba sobre negocios ilegales en Cancún, con lo cual el PVEM marcó su ascenso en los escaños políticos, aliadose de los partidos más fuertes, además de la alianza de facto con el PRI para destituir el cabildo encabezado por García Zalvidea.

Fueron meses de muchas revueltas, en donde se sumaron al gobierno estatal los sindicatos de la CTM, del ayuntamiento de Cancún, la policía municipal, los bomberos, junto con los tres poderes estatales, además de la renuncia de 11 de los 15 regidores verdes, aún cundo los cargos ´populares son irrenunciables, por el cobro de un millón de pesos, cada uno,

La revuelta política que se vivía en Quintana Roo, provocó una alerta de viajes en Estados Unidos, además del encarcelamiento, en dos ocasiones, de García Zalvidea, uno como presidente municipal y otro ya como aspirante a candidato para gobernador, en esta segunda ocasión gracias a un acuerdo político salió libre un 24 de diciembre. En sus próximas apariciones públicas ya se había convertido en un fiel impulsor del PRI.

Galaviz Ibarra opinó que el ex presidente municipal, quien estuvo preso por peculado, no se robó un solo peso, pero era un pésimo administrador, por eso entregaba tanto dinero a la población, mismo que desviaba de otros rubros lo cual también es un delito.

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