Hacinamiento, enfermedades y violencia mantienen en emergencia al sistema penitenciario ecuatoriano.
Ecuador, (Marcrix Noticias).- La crisis carcelaria en Ecuador se profundizó en las últimas semanas luego de que, tras 30 presos muertos por presunta asfixia y 13 más por la explosión de un artefacto en una prisión del sur del país, las autoridades confirmaran un brote severo de tuberculosis que ya provoca decenas de fallecimientos en distintos centros penitenciarios.
El caso más reciente ocurrió en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, la cárcel más poblada del país, donde el Gobierno confirmó la muerte de 15 personas privadas de la libertad durante el pasado fin de semana. El Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) informó que los hechos se encuentran bajo protocolos institucionales y que los decesos están relacionados con el estado de salud de los internos.
Autoridades penitenciarias reconocieron que la tuberculosis se ha convertido en una de las principales causas de muerte dentro del sistema carcelario ecuatoriano, particularmente en la provincia de Guayas. El SNAI señaló que el contexto de encierro, la falta de ventilación y el hacinamiento facilitan la propagación de la enfermedad.
De acuerdo con datos oficiales entregados a la Defensoría del Pueblo, durante 2024 se contabilizaron 324 muertes de reclusos por causas no determinadas, mientras que en los primeros meses de 2025 se registraron 121 fallecimientos adicionales. Organismos de derechos humanos estiman que, de continuar la tendencia, cerca de 700 personas privadas de la libertad podrían morir en 2025 por tuberculosis, superando las cifras de fallecimientos por violencia intracarcelaria.
Hacinamiento y colapso sanitario
Las cárceles de Ecuador albergan entre 31 mil y 37 mil reclusos, con una sobrepoblación cercana al 38 por ciento, lo que genera condiciones críticas para el control de enfermedades contagiosas. En algunos centros penitenciarios, celdas diseñadas para 10 personas llegan a alojar a más de 30 internos.
Especialistas en salud pública advirtieron que la falta de espacios para aislamiento, la mala alimentación y la escasez de medicamentos representan un riesgo epidemiológico no solo para los reclusos, sino también para el personal penitenciario, visitantes y la población en general.
Violencia persistente dentro de las prisiones
Mientras la crisis sanitaria se agrava, la violencia continúa dentro de los centros de reclusión. En noviembre, 31 presos murieron en la cárcel de Machala, además de 13 más tras una explosión en los exteriores del penal. En septiembre, otros 17 reclusos fallecieron en Esmeraldas, en una cadena de hechos que mantiene al sistema penitenciario bajo constante tensión.
Ni la declaratoria de estado de excepción ni la calificación de “conflicto interno armado” han logrado frenar los episodios de violencia y muerte dentro de las cárceles.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y organizaciones ecuatorianas de defensa de derechos humanos han instado al Estado a adoptar medidas urgentes para atender el hacinamiento, garantizar atención médica y frenar la violencia intracarcelaria.
El Ministerio de Salud advirtió que las condiciones actuales, presencia prolongada de cadáveres, acumulación de desechos, restricciones de movilidad y contaminación en áreas médicas, representan un riesgo biológico grave y dificultan la atención oportuna de los internos.
Respuesta del Gobierno y nuevas cárceles
El Gobierno ecuatoriano informó que trabaja en coordinación con el Ministerio de Salud para contener el brote de tuberculosis mediante brigadas médicas, traslados y reubicaciones. Además, anunció la construcción de una nueva cárcel para 15 mil reos en Santa Elena, aunque sin plazos definidos.
Autoridades reconocieron que la Penitenciaría del Litoral ya no responde a la realidad criminal actual y que se requiere una reestructuración profunda del sistema penitenciario, incluyendo personal, infraestructura y control interno.
