Productores de Yucatán, apoyados por Pronatura, impulsan prácticas de ganadería sostenible para reducir conflictos con el jaguar, evitar su cacería y fortalecer la conservación del felino en la península
Yucatan. (Marcrix Noticias).- La implementación de un modelo de ganadería sostenible avanza en diversos puntos de la Península de Yucatán, donde productores, asesorados por Pronatura Península de Yucatán, buscan disminuir los ataques de jaguar al ganado y frenar la cacería furtiva que por años ha puesto en riesgo a la especie. El programa propone transformar prácticas tradicionales para permitir la convivencia entre actividad productiva y fauna silvestre sin que una afecte a la otra.
Entre las acciones principales destacan la instalación de cercos eléctricos en ranchos ubicados en zonas de presencia del jaguar, así como capacitaciones para adoptar esquemas de ganadería regenerativa que reduzcan la vulnerabilidad del ganado durante las noches. También se ha iniciado la identificación de municipios con mayor frecuencia de conflictos para dirigir los esfuerzos de conservación hacia los puntos más críticos.
La Península de Yucatán es considerada uno de los refugios más importantes para el jaguar en América, por lo que este tipo de iniciativas representa un paso relevante para garantizar su permanencia. De consolidarse, el proyecto no solo beneficiaría a la especie, sino que contribuiría a preservar los ecosistemas donde habita, además de ofrecer alternativas seguras y sostenibles para los ganaderos de la región.
No obstante, los retos continúan. Aún se requiere que más productores adopten voluntariamente estas medidas, al tiempo que se refuerza la vigilancia contra la cacería y el comercio ilegal. La conservación del jaguar también depende de mantener corredores biológicos en buen estado, permitiendo su desplazamiento y reproducción sin obstáculos.
Con estos primeros avances, Pronatura busca ampliar el programa y sumar a más ranchos en los próximos meses. De lograr una participación mayoritaria, la llamada “ganadería amigable” podría convertirse en un modelo replicable en otras zonas del país, garantizando que la actividad ganadera y la protección del jaguar puedan convivir de manera equilibrada.