El sector restaurantero en Cancún anticipa incrementos en costos, ajustes en precios y posibles recortes ante el alza salarial y las cargas sociales que acompañarán su aplicación.

 

Cancún (Marcrix Noticias).– El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Cancún, Julio Villarreal Zapata, se pronunció ante el anuncio realizado por la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sobre el incremento del 13% al salario mínimo que entrará en vigor el 1 de enero de 2026, pasando de 278.80 a 315.04 pesos diarios.

El representante empresarial señaló que el sector ya se anticipaba un incremento estimado entre el 12 y el 16%, por lo cual la noticia no tomó por sorpresa a los restauranteros. 

Aun así, destacó que el ajuste tendrá efectos significativos en la operación de los negocios, especialmente por el encarecimiento generalizado que este tipo de aumentos suele generar en bienes y servicios.

Explicó que, aunque los empresarios no se oponen a mejorar las brechas salariales ni la calidad de vida de los trabajadores, la realidad económica del país complica absorber los incrementos derivados. 

Detalló que las cargas sociales, como IMSS, ISR e Infonavit, podrían elevarse hasta en 23%, volviendo más complejas las obligaciones patronales en un contexto donde la economía nacional cerrará 2025 con un crecimiento cercano a cero, de acuerdo con cifras del Inegi y Banco de México.

Villarreal advirtió que esta combinación de mayor gasto laboral y bajo crecimiento provoca un escenario delicado, ya que el poder adquisitivo no necesariamente mejorará. 

Argumentó que, aunque el salario aumente, también se encarecen los productos y servicios, lo que termina reduciendo la capacidad de compra de la población.

Ante este panorama, la Canirac prevé que muchos restaurantes deberán ajustar precios, modificar presupuestos e incluso reducir personal o tamaño de operación para mantenerse a flote en 2026. “Entre más caro se vuelve un producto, menos se compra”, señaló al explicar que el consumo podría verse afectado.

El líder empresarial también se refirió a la iniciativa para establecer la jornada laboral de 40 horas, cuya implementación gradual iniciaría en mayo de 2026 y seguiría avanzando a partir de 2027. 

Afirmó que, aunque este margen de tiempo brinda cierta flexibilidad, el sector teme que el ajuste fomente un aumento en la informalidad, considerando que en los últimos años ha crecido mientras los empleos formales han disminuido.

Aseguró que la combinación de mayores costos laborales, menor crecimiento económico y falta de incentivos para las empresas podría generar un “huracán económico”, especialmente si no se fortalecen la productividad y la inversión.

Villarreal puntualizó que, mientras los salarios y las obligaciones patronales aumentan, no existen reducciones en costos fundamentales para las empresas, como renta, energía eléctrica, gas o combustibles, lo que agrava la situación financiera de los negocios.

Añadió que los restaurantes están buscando alternativas para aminorar gastos, como ajustar menús, cambiar ingredientes o mejorar procesos, aunque admitió que esto será complicado sin apoyos o condiciones económicas favorables.

Finalmente, llamó a que todos los sectores trabajen juntos para evitar cierres de empresas y lograr que el país tenga un desempeño económico mejor en 2026, confiando en la resiliencia de la industria restaurantera para adaptarse a los nuevos desafíos.

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