Fátima Bosch no defraudó a una nación entera que confió en ella y la acompañó a cada paso.
Tailandia (Marcrix Noticias).-Fátima Bosch Fernández hizo lo que parecía imposible: levantó la corona de Miss Universo 2025 y convirtió a Tabasco en territorio histórico. Su triunfo detonó una ola de orgullo nacional que recorrió redes, plazas y hogares, donde miles siguieron cada fase del certamen con una energía pocas veces vista en torno a una reina mexicana.
La tabasqueña se convirtió en la cuarta Miss Universo mexicana, sumando su triunfo al legado de otras tres reinas que marcaron historia. La primera fue Lupita Jones, coronada en 1991, quien abrió el camino con una preparación disciplinada que transformó los certámenes en México. Después llegó Ximena Navarrete, ganadora en 2010, recordada por su elegancia y carisma que cautivaron al mundo. Más recientemente, en 2020, Andrea Meza obtuvo la tercera corona gracias a su mensaje de empoderamiento y su destacada presencia escénica. Ahora, con su victoria, Fátima coloca nuevamente a México en lo más alto del escenario internacional.

La nueva reina se persignó visiblemente al dar sus primeros pasos como reina. Aunque no ha detallado públicamente aspectos profundos de su espiritualidad, el momento en el escenario dejó claro que sus creencias son parte de quien es.

Durante su participación en Miss Universo 2025, en Tailandia, destacó en votaciones de popularidad en categorías como Mejor traje nacional, Persona más bella y Señorita simpatía, ubicándose dentro de los primeros lugares y reforzando su presencia pública.
El desarrollo de la competencia estuvo acompañado de un notable seguimiento mediático, tanto por su preparación como por las discusiones generadas desde su coronación en México.
En su estado natal, Tabasco, se organizó un evento gratuito para seguir la transmisión en vivo. El punto de encuentro fue el estadio de beisbol Centenario 27 de Febrero. Desde las 4 de la tarde se abrieron las puertas para recibir a cientos de familias que acudieron con fotografías y mensajes de apoyo.
Los tabasqueños desataron una celebración apoteósica tras el histórico triunfo; en el estadio, calles y viviendas, la gente estalló en júbilo al ver que una joven nacida en Santiago de Teapa colocaba por primera vez a Tabasco en la cima del certamen más importante del planeta.
Entre porras, lágrimas, música, banderas verdes y rojas, y transmisiones en vivo, miles de personas expresaron un orgullo colectivo pocas veces visto. Para muchos, no fue solo la coronación de una reina, sino la confirmación de que el talento tabasqueño puede conquistar al mundo.
