China (Marcrix Noticias)-China ha puesto en marcha una nueva visa denominada “K”, dirigida a profesionales extranjeros en áreas científicas y tecnológicas, con el objetivo de fortalecer su liderazgo global en innovación y reducir la brecha con Estados Unidos en la atracción de talento especializado.
Presentada oficialmente el mes pasado, la visa K ofrece requisitos más flexibles que los programas migratorios tradicionales del país, permitiendo incluso aplicar sin una oferta laboral previa. El esquema ya ha despertado interés entre especialistas en tecnología provenientes de India y el sudeste asiático.
Vaishnavi Srinivasagopalan, una profesional india con experiencia en tecnologías de la información, destacó que la visa K “es un equivalente a la H-1B de Estados Unidos”, y representa una alternativa real para trabajar en el extranjero sin los obstáculos burocráticos que enfrentan otros países.
Una estrategia frente al endurecimiento estadounidense
El lanzamiento de la visa K coincide con un contexto en el que Estados Unidos, bajo el gobierno de Donald Trump, endureció sus políticas migratorias, aumentando tarifas para la visa H-1B —que pueden alcanzar hasta 100 mil dólares— y limitando el acceso de estudiantes y profesionales extranjeros.
Según Bikash Kali Das, estudiante indio en la Universidad de Sichuan, “los estudiantes que planeaban quedarse en Estados Unidos ahora ven en China una opción más viable”.
Para Barbara Kelemen, directora asociada de Dragonfly, Beijing está aprovechando el momento:
“China percibe el cierre estadounidense como una oportunidad para posicionarse globalmente como un país que acoge más ampliamente el talento y la inversión extranjeros.”
El reto de equilibrar el mercado laboral
Pese a la alta tasa de desempleo juvenil en China (alrededor del 18%), el país sufre escasez de profesionales altamente cualificados, sobre todo en sectores como inteligencia artificial, semiconductores y robótica.
En las últimas décadas, la “fuga de cerebros” ha llevado a miles de estudiantes chinos a establecerse en Estados Unidos o Europa. Sin embargo, recientemente se observa una tendencia inversa, con el retorno de científicos y especialistas como Fei Su (Intel) o Ming Zhou (Altair), quienes se han reincorporado a la industria y la academia en China.
Edward Hu, director de inmigración en Newland Chase Shanghai, aseguró que el interés por la visa K es “palpable” entre trabajadores calificados del extranjero, especialmente de India y el sudeste asiático.
Reacciones y preocupaciones internas
No todos los sectores en China ven la medida con buenos ojos. Jóvenes profesionales locales temen que la llegada de talento extranjero aumente la competencia laboral.
“El mercado laboral actual ya está bajo una feroz competencia”, señaló Zhou Xinying, estudiante de posgrado en la Universidad de Zhejiang.
Kyle Huang, ingeniero de software en Guangzhou, coincidió en que el programa “podría amenazar las oportunidades laborales locales”, aunque reconoció que la apertura también podría impulsar la transferencia de conocimientos y tecnología.
Pese a las críticas, medios estatales como Shanghai Observer han defendido la iniciativa, argumentando que la llegada de talento global fortalecerá la innovación y el crecimiento económico.
Según el estratega Michael Feller, el desafío para el gobierno será comunicar que los nuevos trabajadores “pueden crear, no quitar, empleos locales”, un mensaje difícil incluso para países con mayor tradición migratoria.
