Arqueólogos hallaron más de 60 tumbas de la era helenística en el monte Honaz, al oeste de Turquía.
Turquía (Marcrix Noticias)-En las colinas del monte Honaz, en el oeste de Turquía, un grupo de arqueólogos descubrió lo que podría ser la necrópolis más extensa de la antigua ciudad bíblica de Colosas, célebre por haber albergado una de las primeras comunidades cristianas a las que san Pablo dirigió una de sus epístolas.
El hallazgo incluye más de 60 tumbas talladas en roca con forma de sarcófago, datadas en más de 2,200 años de antigüedad. De acuerdo con el arqueólogo Baris Yener, líder del equipo de excavación, se trata de un hallazgo “sin precedentes en Anatolia”, tanto por la extensión del sitio como por su excelente estado de conservación.
“Después de retirar la capa superficial de tierra, identificamos unas 65 tumbas, de las cuales excavamos 60”, explicó Yener. “Nos sorprendió encontrar tantas sepulturas tan cercanas entre sí en un área tan reducida”.
Una ciudad con raíces bíblicas
Ubicada en la región del Egeo, Colosas fue habitada desde el siglo VI a. C. y alcanzó importancia durante la era cristiana primitiva. Es mencionada en la Epístola a los colosenses, en la que san Pablo exhorta a los creyentes de la ciudad a mantener la fe en tiempos de persecución.
Sin embargo, la urbe fue devastada por un terremoto en el siglo I d. C., reconstruida posteriormente y finalmente abandonada en el año 787 tras otro sismo que selló su destino histórico.
El arte de enterrar entre las rocas
Los investigadores destacaron el ingenioso uso del paisaje por parte de los antiguos habitantes. Según Yener, los colosenses aprovecharon las formaciones de travertino —una roca abundante en la zona— para construir las tumbas, preservando así las tierras fértiles destinadas al cultivo de cereales.
Además de las sepulturas, se hallaron cerámicas de terracota, lámparas de aceite, monedas, botellas de vidrio y sandalias, objetos que acompañaban a los difuntos en su tránsito al más allá.
Las lámparas, por ejemplo, se colocaban para iluminar el camino de los muertos, mientras que los amuletos y talismanes reflejan las creencias espirituales previas al cristianismo.
“Los descubrimientos revelan cuánto valoraban los colosenses la magia, los talismanes y los objetos con poderes protectores”, explicó Yener.
Los trabajos arqueológicos continúan, y los investigadores esperan que futuras excavaciones permitan reconstruir más aspectos de la vida y las creencias de los habitantes de esta enigmática ciudad mencionada en la Biblia.
