Los Expertos explican que los sismos en la región son raros y se deben a ajustes del subsuelo kárstico.

 

Yucatán (Marcrix Noticias)-El sismo de magnitud 3.8 registrado la noche del jueves, con epicentro a 13 kilómetros al noreste de Ticul, sorprendió a muchos yucatecos que no están acostumbrados a sentir movimientos de tierra. Sin embargo, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), aunque Yucatán no se ubica en una zona de alta actividad sísmica, esto no significa que esté completamente exento de experimentar temblores.

El estado pertenece a la “Zona A”, clasificación que agrupa a las regiones donde no se han registrado grandes terremotos en los últimos 80 años y donde no se esperan amplificaciones del suelo mayores al 10% de la aceleración de la gravedad. En esta categoría también se encuentran Campeche, Quintana Roo, Chihuahua, Coahuila, Durango, Sinaloa, Nuevo León, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro e Hidalgo, entre otros.

Por el contrario, los estados de la llamada “Zona D”, como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Colima, concentran la mayor parte de la actividad sísmica del país, con temblores frecuentes y de gran magnitud.

El temblor más fuerte registrado en Yucatán

Aunque los movimientos telúricos son raros en la península, la historia sí registra algunos eventos. El 24 de julio de 1978, un sismo de magnitud 4.6, con epicentro al norte de Progreso, fue el más fuerte documentado en el estado. A pesar de que no causó víctimas ni daños importantes, generó gran alarma entre la población.

Más recientemente, el 6 de noviembre de 2022, otro movimiento de magnitud 3.8 al sureste de Kanasín causó sorpresa, pues muchos habitantes sintieron vibraciones leves y escucharon crujidos en estructuras.

De acuerdo con la Estación Sismológica de Mérida, hasta 2024 solo se han reportado seis sismos en territorio yucateco, la mayoría atribuibles a ajustes en las formaciones kársticas del subsuelo, típico de la región peninsular.

Monitoreo y prevención

Yucatán cuenta con un monitoreo constante a través de su Estación Sismológica, instalada desde inicios del siglo XX, cuando el 15 de noviembre de 1908 un temblor causó alarma en Mérida. Desde entonces, el registro y seguimiento de movimientos de tierra ha sido parte de la vigilancia geológica estatal.

Los especialistas reiteran que, aunque la posibilidad de un gran terremoto en Yucatán es mínima, el monitoreo científico y la educación preventiva siguen siendo esenciales.

En palabras de los expertos:

“No se puede descartar totalmente la ocurrencia de pequeños movimientos locales, pero la península está lejos de las zonas de subducción donde se generan los grandes sismos del país”.

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