La violencia homicida en Guanajuato ha dejado a miles de niñas, niños y adolescentes en orfandad.
Guanajuato, (Marcrix Noticias)-. — En lo que constituye una de las consecuencias más graves y dolorosas de la violencia que vive Guanajuato, al menos 2,997 niñas, niños y adolescentes han quedado huérfanos tras el asesinato de alguno de sus padres, de acuerdo con cifras de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas. A esta cifra se suman 773 menores más cuyos progenitores se encuentran en calidad de desaparecidos, según información difundida por el diario Milenio.
El comisionado Jaime Rochín del Rincón explicó que estas cifras visibilizan el impacto indirecto pero devastador que la violencia tiene sobre la infancia, al privarlos de sus familias y orillarlos a depender del apoyo estatal para sobrevivir y continuar sus estudios.
Ante esta situación, la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo anunció la creación de un fondo inicial de 5 millones de pesos para la atención de hijas e hijos de mujeres víctimas de feminicidio o desaparición. El recurso será operado por la Comisión de Atención a Víctimas y sus reglas de operación se publicarán en los próximos días.
Además, a través de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Pepnna), se trabaja en la detección de más casos con el fin de ampliar la cobertura de los apoyos.
La mayoría de estos menores quedan bajo el cuidado de abuelas, tías u otros familiares que, en muchos casos, deben abandonar sus trabajos para dedicarse a su crianza o sumarse a colectivos de búsqueda, lo que complica aún más su situación económica y emocional.
De acuerdo con los registros oficiales, 338 niñas y niños perdieron a su madre por homicidio y 2,659 a su padre. En tanto, 190 menores tienen madre desaparecida y 533 padre desaparecido.
Con esta iniciativa, Guanajuato se convierte en pionero a nivel nacional en la creación de un mecanismo de atención directa a menores víctimas indirectas de la violencia de género y criminalidad. El fondo podría ampliarse según la demanda y necesidad que se detecte en el corto plazo.
Este programa representa un paso inicial, pero crucial, para brindar atención integral y reparación del daño a quienes han perdido mucho más que un ser querido: han visto transformada su infancia por la violencia.
