El bombardeo de precisión a la planta de Natanz destruyó infraestructura crítica y podría postergar el desarrollo nuclear iraní por hasta un año.

Jerusalén / Teherán (Marcrix Noticias)– En una operación de gran escala, Israel ejecutó un ataque quirúrgico contra las instalaciones nucleares de Natanz, en Irán, considerado uno de los golpes más severos al programa atómico de la República Islámica hasta la fecha.

La ofensiva, llevada a cabo en la madrugada del viernes 13 de junio, habría destruido infraestructura esencial para el enriquecimiento de uranio, afectando tanto el sistema eléctrico de respaldo como equipos clave como centrifugadoras de alta velocidad, según confirmaron expertos y agencias internacionales.

De acuerdo con David Albright, especialista en armas nucleares, el ataque podría retrasar hasta por un año cualquier intento iraní de desarrollar un arma nuclear. Por su parte, Fabian Hinz, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres, calificó los daños como “significativos”.

La planta de Natanz, ubicada a unos 220 km al sureste de Teherán, ha sido la columna vertebral del enriquecimiento de uranio de Irán. A pesar de estar resguardada por la Guardia Revolucionaria y protegida por defensas aéreas, el ataque israelí alcanzó con precisión la infraestructura superficial y provocó cortes de energía que podrían haber afectado también la sección subterránea, donde operan más de 10,000 centrifugadoras.

Las centrifugadoras no toleran bien las vibraciones ni la pérdida súbita de energía, lo que puede provocar daños irreversibles”, explicó Albright.

Además de Natanz, reportes no oficiales señalaron explosiones en las cercanías de Fordo, otra instalación nuclear iraní altamente protegida, ubicada bajo una montaña. Aunque no hay confirmación de daños, expertos consideran que Israel podría estar buscando bloquear el acceso o cortar la energía de la planta, ante la imposibilidad técnica de penetrar directamente su blindaje subterráneo.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a través de su director Rafael Grossi, confirmó que la planta de Natanz sufrió “destrucción considerable” en su parte superficial. La comunidad internacional se mantiene alerta ante una posible escalada en las tensiones regionales, en un contexto ya volátil tras repetidos episodios de confrontación entre Israel e Irán.

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