Colectivos y ciudadanos en 12 estados, incluido Cancún, se sumaron a la vigilia y exigieron justicia por las víctimas del campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco.

 

México (Marcrix Noticias).- Este sábado 15 de marzo, México vivió una jornada de indignación y luto nacional tras los recientes hallazgos en Teuchitlán, Jalisco, donde se descubrió un presunto campo de exterminio vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). 

La revelación de este sitio de horror, en el que fueron encontrados más de 400 pares de zapatos vacíos y restos humanos, desató una serie de manifestaciones pacíficas en todo el país, que no se limitaron a las grandes ciudades, sino que llegaron también a lugares como Cancún, en el estado de Quintana Roo.

En la Ciudad de México, cientos de personas se reunieron en el Zócalo para rendir homenaje a las víctimas. Realizaron un conteo simbólico de 400 en recuerdo de los zapatos encontrados en el rancho Izaguirre, y trazaron un mapa con velas encendidas. 

Esta manifestación fue parte de un movimiento que se extendió a otras ciudades, como Guadalajara, Veracruz, Puebla, y Monterrey, donde las voces de familiares de los desaparecidos exigieron justicia y un alto a la impunidad.

En Cancún, un grupo de madres buscadoras se unió a la vigilia en la zona hotelera, para denunciar la existencia de cementerios clandestinos vinculados al crimen organizado en Quintana Roo. 

María Dolores Patrón Pat, presidenta del Colectivo Madres Buscadoras de Quintana Roo, señaló que el estado cuenta con al menos siete lugares identificados donde los cuerpos han salido a flote tras las lluvias, con un saldo de 24 personas confirmadas. 

Las madres buscadoras exigieron una investigación a fondo sobre estos crímenes, ya que, según ellas, la respuesta de las autoridades ha sido inadecuada.

“Nos están dejando morir, necesitamos justicia para nuestros desaparecidos”, exclamaron durante la protesta, mientras colocaban zapatos y veladoras en honor a las víctimas. 

Esta muestra de solidaridad se replicó en varios puntos del país, con la participación de colectivos y ciudadanos que mostraron su rechazo a la violencia y la desaparición forzada que azota a México.

El caso de Teuchitlán, que conmovió a todo el país, comenzó el 5 de marzo, cuando el colectivo Guerreros Buscadores Jalisco encontró restos humanos, crematorios clandestinos y artículos personales dentro del Rancho Izaguirre. 

Este sitio, que ya había sido inspeccionado en 2024 sin resultados relevantes, fue identificado como un campo de exterminio en el que se presume que el CJNG reclutaba a víctimas bajo falsas promesas de trabajo.

Hasta ahora, se han encontrado más de mil objetos, entre ellos ropa, mochilas y más de 400 zapatos, lo que ha desatado la indignación de los mexicanos. 

En medio de las manifestaciones, los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas y las madres de las víctimas expresaron su desesperación ante la falta de acción por parte de las autoridades. 

Patricia de la Cruz, madre de Fernando Hernández, desaparecido en Tamaulipas, y Aurora Corona Rodríguez, madre de Francisco Javier Osiris Hernández, exigieron que el gobierno actúe con mayor rapidez y compromiso.

El caso de Teuchitlán es solo uno más de los miles de desapariciones que ocurren en México cada año. 

Según datos del gobierno, alrededor de 30 personas desaparecen diariamente en el país. La indignación generada por los recientes hallazgos ha abierto un espacio para la reflexión y el reclamo: “México no es un país, es una fosa” fue uno de los lemas más repetidos en las manifestaciones, reflejando la desesperación y el dolor de las familias afectadas por la desaparición de sus seres queridos.

Este luto nacional, que continuará movilizando a la sociedad civil, no solo busca justicia para las víctimas de Teuchitlán, sino también un alto a la violencia, la impunidad y la desaparición forzada en México.

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