Familia y compañeros de trabajo exigen que el crimen sea juzgado como feminicidio, tras la detención de su compañero, a quien las autoridades señalan como presunto responsable.
Oaxaca (Marcrix, Noticias).- Entre aplausos y la exigencia de justicia, Judith Vianney Toledo Santos, enfermera asesinada en Oaxaca, fue despedida este martes en una emotiva ceremonia. La joven de 29 años fue hallada sin vida el pasado 2 de noviembre, 12 días después de su desaparición, en un inmueble de Santa Cruz Xoxocotlán.
Su deceso ha conmocionado a la comunidad y desatado una ola de indignación, con demandas para que el crimen sea tratado como feminicidio, y no como desaparición forzada, como inicialmente se había manejado.
Judith fue despedida en el Hospital del ISSSTE “Presidente Juárez”, donde laboraba como enfermera, con un minuto de aplausos por parte de sus compañeros.
Luego, su féretro fue trasladado al templo del barrio de Xochimilco, donde familiares y amigos ofrecieron una misa de cuerpo presente. La joven fue finalmente sepultada en el panteón Jardín, mientras su familia emitía un fuerte pronunciamiento exigiendo que el presunto responsable del feminicidio, su compañero de trabajo, sea juzgado de acuerdo con la gravedad del delito.
La familia de Judith Vianney también solicitó a las autoridades estatales que el caso no se minimice, exigiendo que el crimen sea tipificado como feminicidio. “Queremos que se haga justicia por el asesinato de nuestra hija, hermana, amiga. No se puede permitir que esta tragedia quede impune”, señaló su madre en un comunicado.
El crimen de Judith Vianney fue esclarecido después de que las autoridades localizaran su cuerpo en una vivienda propiedad de su compañero de trabajo, identificado como V.A.C.
Según la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, el cuerpo de la joven enfermera fue encontrado enterrado en el inmueble el 2 de noviembre, un día después de que su familia denunciara su desaparición. Los agentes de la Vicefiscalía General de Atención a Víctimas y la Sociedad realizaron diversas investigaciones y operativos para dar con su paradero.
La necropsia reveló que Judith Vianney falleció a causa de asfixia por sofocación, lo que confirmó la sospecha de que su muerte fue producto de un feminicidio. Las autoridades también han señalado que el detenido, V.A.C., quien laboraba con ella en el mismo hospital, fue quien enterró el cuerpo con la intención de ocultar el crimen.
Hasta el 3 de noviembre, la Fiscalía no había proporcionado detalles sobre el móvil del crimen ni ha confirmado si otras personas estuvieron involucradas en el asesinato. Sin embargo, el detenido ya fue puesto a disposición de la autoridad ministerial para determinar su situación legal.
La muerte de Judith Vianney se enmarca en una creciente ola de feminicidios en Oaxaca. Según la organización Grupo de Estudios Sobre la Mujer “Rosario Castellanos”, en lo que va del 2024 ya se han registrado 85 muertes violentas de mujeres en el estado.
El Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad también condenó la escalada de feminicidios en Oaxaca y demandó a las autoridades, encabezadas por el gobernador Salomón Jara, garantizar la seguridad de las mujeres y niñas.
La desaparición de Judith Vianney comenzó el 22 de octubre, cuando la joven, después de terminar su jornada laboral en el Hospital del ISSSTE, le envió un mensaje a su madre diciendo que pronto estaría en casa.
Ese fue el último contacto que tuvo con su familia. Cuando su madre no pudo comunicarse más con ella, acudieron al hospital para revisar las grabaciones del sistema de vigilancia, que confirmaron que Judith había salido del trabajo a las 08:20 horas de ese día.
En las imágenes se la ve saliendo con su uniforme blanco, una mochila negra y una bolsa de mano. Desde entonces, su paradero fue desconocido hasta el trágico hallazgo de su cuerpo.
La comunidad de Oaxaca, amigos y familiares de Judith Vianney, exigen justicia por su feminicidio, mientras se mantienen firmes en su lucha por que el crimen sea castigado como corresponde.