De visita por Los Cabos, Baja California Sur, Marcelo Ebrard se mostró confiado de ganar la encuesta para convertirse en el coordinador nacional de los Comités de Defensa de la 4T.
Aseguró ser alguien a quien le importa lo que le sucede a los demás y con lealtad ha trabajado desde hace más de 20 años junto al presidente López Obrador.
“Llevo casi 24 años que decidí apoyar a Andrés Manuel López Obrador y sigo apoyándolo hasta hoy, nunca he volteado bandera, nunca he sido oportunista y nunca he faltado.
“Soy una gente derecha y no le tengo miedo a nada ni a nadie porque no debo nada”, aseveró.
Destacó su experiencia en el servicio público y en la resolución de los problemas que ha enfrentado en las distintas responsabilidades que ha tenido.
“Yo estoy compitiendo y llevo 42 años de trabajo, es la más alta responsabilidad que puede uno tener, tienes que estar bien preparado para llevar el timón del buque y enfrentar lo que haya.
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A su llegada al aeropuerto fue recibido por un centenar de simpatizantes.
“Vamos ganando, vamos para arriba, estamos a unas semanas. Vamos avanzando y avanzando, aquí los que están, están por que quieren, no necesitamos de acarreos”, sostuvo.
En la Unidad Deportiva de Cabo San Lucas, Marcelo Ebrard planteó a los más de mil asistentes la necesidad de seguir invirtiendo en este y todos los destinos turísticos del país para que se reduzca la desigualdad que se presenta entre los servicios en las zonas hoteleras y las colonias populares.
“Es un esfuerzo inmenso para reducir esa desigualdad…y no solo es de aquí, lo veo en varios destinos turísticos, Cancún está igual, Playa del Carmen ahí va, Acapulco no se diga, Puerto Vallarta.
“El presidente López Obrador hizo un esfuerzo importante en inversión social, pero necesitamos seguir en los próximos años para reducir la desigualdad”, añadió.
Se trata de mejorar los servicios de agua, movilidad, infraestructura en el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas, agregó.
Durante su mensaje a los cabeños, Ebrard Casaubon recordó la defensa que desde la Secretaría de Relaciones Exteriores emprendieron contra los señalamientos de legisladores estadounidenses, particularmente el senador Kennedy a quien calificaron de non grato por sus declaraciones.